SAN LUIS POTOSÍ, México.- La Seguridad del Estado en Camagüey citó este martes al periodista independiente y colaborador de CubaNet José Luis Tan Estrada para una presunta entrevista en la estación policial.
Bajo la amenaza de ir a buscarlo en una patrulla y arrestarlo por desobiendiencia si no se presenta en la Tercera Estación de la PNR en Camagüey, la policía política ha exigido a Tan acudir a la 1:30 pm., este miércoles 9 de octubre, para ser interrogado.
La orden se produce en medio de una ola represiva contra la prensa independiente en Cuba que ha alcanzado a varios periodistas y medios comunitarios.
Tan Estrada, una voz crítica del régimen cubano y defensor de los derechos humanos en la Isla, ha sido citado, interrogado y detenido de forma recurrente. El reportero ha impulsado una labor humanitaria para ayudar a quienes más lo necesitan que trasciende su actividad periodística.
Desde recoger abrigos para las personas necesitadas durante el pasado invierno hasta llevar pañales e insulina a pacientes desatendidos han sido algunas de sus ocupaciones en el último año.
En el contexto de la entrada en vigor de la Ley de Comunicación Social, que ha sido criticada como un nuevo instrumento de las las autoridades cubanas para limitar la libertad de expresión y el acceso a la información, varios periodistas de CubaNet, Periodismo de Barrio y El Toque han sido amenazados, interrogados, obligados a renunciar a su labor y a devolver sumas de dinero supuestamente recibidas de programas formativos o colaboraciones con medios internacionales.
Además de la extorsión económica, la Seguridad del Estado ha obligado a los periodistas interrogados a firmar actas de entrega, en las que reconocen haber recibido fondos de proyectos “subversivos”, fabricando así pruebas en su contra. En algunos casos, los obligan a renunciar públicamente a seguir ejerciendo el periodismo independiente y a grabar sus confesiones en video, según relatan las víctimas, de acuerdo con un editorial publicado por El Toque el pasado viernes.
Este modus operandi busca desacreditar a los periodistas y entidades independientes, y prepara el terreno para una posible instrucción penal en su contra. Se teme que los videos obtenidos durante los interrogatorios sean utilizados en programas televisivos para desprestigiar a las víctimas, siguiendo el patrón de acoso mediático que se ha utilizado en el pasado.
