Cuando tenía 26 años, Eduardo Zayas-Bazán fue rescatado de Cuba por el Gobierno estadounidense junto a otros 59 soldados, encarcelados tras la fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961. Camagüeyano, abogado, miembro de una célebre familia criolla –entre sus antecesores están la esposa de José Martí, Carmen, y varios notables políticos de la República–, el joven se marchó de su país tras las largas jornadas de prisión en el habanero Castillo del Príncipe.
Como otros cubanos de su generación recién llegados al exilio, Zayas-Bazán echó raíces y logró una exitosa carrera como profesor universitario. Trabajó durante 31 años en la East Tennessee State University, enseñando idiomas, al tiempo que seguía en contacto con grandes figuras de la diáspora, como Carlos Alberto Montaner.
Fue Montaner quien, junto a otros emigrados cubanos, fundó la Unión Liberal Cubana, un partido político del que Zayas-Bazán acaba de ser elegido presidente. Sobre el significado de la palabra liberal, el presente y futuro de la asociación, y la visión de la Isla desde la otra orilla, el autor de la novela El pez volador conversa con 14ymedio desde su casa en Miami.
Pregunta. ¿Qué representa para usted presidir la Unión Liberal Cubana en un momento tan significativo para esa organización?
Respuesta. Para mí es un gran honor poder presidir un partido político en el que he sido militante por más de dos décadas.
P. ¿Cuál es el rol político y la situación actual del Partido?
R. La Unión Liberal Cubana en el exilio es realmente un embrión de partido político. Aunque en el exilio y en Cuba hay muchísimas personas que simpatizan con nuestro pensamiento político, estamos conscientes de que, en realidad, el partido donde debe hacer proselitismo es en una Cuba libre. Allí nos organizaremos, con cubanos que piensen como nosotros, en una plataforma definida para participar en las primeras elecciones. Para eso en el exilio contamos con un grupo selecto de liberales que están dispuestos a regresar a Cuba y, con la experiencia adquirida en todos estos años de exilio, ayudar a reconstruir el país.
El partido debe hacer proselitismo en una Cuba libre. Allí nos organizaremos, con cubanos que piensen como nosotros, en una plataforma definida para participar en las primeras elecciones
P. ¿Qué significa ser un cubano liberal hoy?
R. El cubano liberal cultiva y defiende las libertades y los derechos humanos y civiles. Cree en el derecho a poseer propiedad privada de bienes muebles e inmuebles, de todo tipo de empresas y otros medios de producción. Cree que le corresponde a la sociedad civil crear riqueza. El Estado sólo debe tener un papel cuando la empresa privada no es capaz de cumplir con las demandas esenciales de la sociedad. Cree que los mandatarios electos democráticamente deben ser servidores públicos, que estén sujetos a la ley, que tengan poderes limitados, que actúen con transparencia y que rindan cuenta periódica de sus actos.
Cree que la organización política de la sociedad debe ser plural, abierta, con consultas electorales periódicas y rotación de los grupos gobernantes mediante métodos democráticos que –aunque se subordinen a la regla de la mayoría– tomen en cuenta y respeten los derechos de las minorías. Cree en un Estado de Derecho sin privilegios individuales, de grupo o clase, y que todas las personas tienen los mismos derechos y obligaciones.
Y por último, cree en la paz, en la negociación consensuada, en la búsqueda de soluciones a los conflictos, en el respeto a la dignidad del adversario, en la cordialidad cívica como actitud frente a los que tienen ideas diferentes a las de él.
P. ¿Cómo valora la personalidad de Carlos Alberto Montaner, recientemente fallecido y fundador de ULC?
R. Montaner era una persona excepcional. Tenía una personalidad encantadora y un poder analítico impresionante. Podía explicar asuntos complejos de manera que todos los entendieran. Con su facilidad de expresión hubiera sido la persona idónea para ser el primer presidente en una Cuba libre. Desgraciadamente, murió antes de que ese sueño se convirtiera en realidad.
Montaner era una persona excepcional. Tenía una personalidad encantadora y un poder analítico impresionante. Podía explicar asuntos complejos de manera que todos los entendieran
No solo fue el fundador de ULC en 1989, sino que en 1990 también fue el que ideó la Plataforma Democrática Cubana, compuesta por las tres internacionales: los liberales, los democristianos y los socialdemócratas. A Carlos Alberto, un demócrata convencido, no le importaba aliarse a organizaciones con ideales diferentes. Montaner creía en el intercambio de ideas, en la democracia liberal con múltiples partidos políticos que tanto necesita nuestra Cuba.
Gracias a Montaner, desde 1992, ULC es miembro con pleno derecho de la Internacional Liberal y también forma parte de la Red Liberal de América Latina.
P. ¿Cuál es el legado –y qué ha aprendido usted– de sus predecesores Antonio Guedes, Miguel Sales y Elías Amor?
R. Hemos tenido la grandísima suerte de, además de Carlos Alberto Montaner, tener tres presidentes excelentes: el médico Antonio Guedes (que lideró ULC de 2010 a 2015), el escritor Miguel Sales (2015-2020) y el economista Elías Amor Bravo (2020-2023). Todos ellos han hecho una gran labor representando a ULC en conferencias y congresos internacionales. Gracias a ellos, a los disidentes de dentro y fuera de Cuba, y a otros líderes del exilio, se sabe lo que ocurre en nuestra sufrida Isla y por ellos líderes extranjeros hacen declaraciones urgiendo respetar los derechos humanos en Cuba y piden que el país acabe de abrirse al mundo.
P. Al cabo de varias décadas en el exilio, ¿cómo ve a Cuba?
R. Muy mal. El Gobierno sigue empecinado en mantenerse en el poder a toda costa, a pesar de saber perfectamente que estos 64 años de comunismo han sido desastrosos para Cuba. Yo les diría a las autoridades que no le tengan miedo al cambio, que solo los que han cometido crímenes contra la población tendrán que responder por sus actos en un Estado de Derecho.
El Gobierno sigue empecinado en mantenerse en el poder a toda costa, a pesar de saber perfectamente que estos 64 años de comunismo han sido desastrosos para Cuba
El exilio desea ayudar a construir una nueva Cuba que sea un ejemplo no sólo para América Latina sino para el resto del mundo. La comunidad del exilio, con la experiencia que ha adquirido en estos 64 años, será crucial para el futuro de Cuba. Tenemos expertos en todo tipo de campos y Cuba necesitará esta experiencia para que los cambios se logren correctamente. Un Estado de Derecho hará posible que el capital del exilio se invierta en Cuba. Los exiliados como yo, aunque no hayan regresado, siguen amando profundamente a nuestra patria.
P. ¿Qué consejo da a los jóvenes cubanos recién exiliados? ¿Cree que se puede preparar el futuro de la Isla estando fuera de ella?
R. Es triste como Cuba se está quedando sin su juventud. Y peor es que el Gobierno facilita su salida porque cuenta con ellos para que, una vez en el exilio, les envíen remesas a sus familiares en Cuba. A los jóvenes les aconsejo que no abandonen la Isla. Que los necesitamos para reconstruirla cuando venga el cambio. Que si en España ocurrió el cambio después de una guerra civil atroz en la que murieron medio millón de personas, en Cuba será más fácil. Que tengan fe en el cambio que vendrá pronto porque la situación es insostenible.
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