Alexei Martínez Rojas fue detenido el pasado 17 de septiembre luego que denunció un caso de violencia policial ocurrido en la localidad rural de Taguayabón, del municipio villaclareño Camajuaní.
El preso político Alexei Martínez Rojas, recluido en la prisión La Pendiente de Villa Clara, muestra signos alarmantes de deterioro físico y mental, de acuerdo a su esposa, Mariángel Rodríguez Cruz, que lo vio el lunes durante las dos horas de la visita reglamentaria.
“Aparte que tiene una úlcera muy mala en su estómago, está muy desnutrido, pero hoy lo vi muy alterado, está muy nervioso”, dijo la esposa.
El activista fue detenido el pasado 17 de septiembre tras denunciar, en redes sociales, un caso de violencia policial ocurrido en la localidad rural de Taguayabón, del municipio villaclareño Camajuaní.
Tras ser arrestado, Martínez Rojas inició una huelga de hambre que se prolongó durante 26 días por lo que tuvo que ser hospitalizado en la unidad médica de la cárcel de Guamajal.
“El pasó una huelga muy grande (pesa solo 47 kilos) tiene que tener una dieta más o menos balanceada. Cuando entré a la visita el médico salió porque sabía que yo iba a hablar con él para que me dijera todo lo que estaba pasando, que no le estaban dando los medicamentos del estómago y la dieta no se la habían puesto”, apuntó Rodríguez Cruz.
“De la comida, no dan los gramajes que tienen que dar. La que le están quitando a los presos se la están llevando, los guardias para el alimento de sus cerdos. Le dan un poco de arroz o verduras o de papa y de caldo, el agua en la que hierven la vianda, ya sea calabaza o yuca. Eso es lo que le están dando a los presos”, agregó en referencia a información que le proporcionó su esposo.
El activista, acusado del delito de desacato, contó a su esposa sobre las inadecuadas condiciones de higiene del centro penitenciario donde pululan alimañas y escasea el agua.
Asimismo, relató sobre los malos tratos, físicos y verbales, de los guardias contra los reclusos.
Rodríguez añadió que el tratamiento del personal del penal a los familiares de los reos carece de sensibilidad: Por más de siete horas estuvo esperando, acompañada de su niño de siete años, a que la pasaran a la visita.