CIUDAD DE MÉXICO, México.- La vocera del régimen Arleen Rodríguez Derivet instó a realizar “otra gran marcha” contra el legislador cubanoamericano Marco Rubio, candidato a secretario de Estado de Estados Unidos durante la administración de Donald Trump.
En el espacio de su podcast Chapeando bajito, transcrito en el medio oficialista Cubadebate, sugirió que habría que organizar otra marcha, esta vez contra Rubio, porque, en opinión de Arleen, estaría intentado hacer más daño a Cuba.
“Hasta otra gran marcha deberíamos dedicar al señor que se dispone a usar al Departamento de Estado para llevar a límites más criminales aún la guerra contra Cuba”, expresó la exdirectora del diario Juventud Rebelde, presentadora del programa “Mesa Redonda” y una de las más cercanas voceras del gobernante Miguel Díaz-Canel.
A partir de la supuesta información recogida en el programa de la Seguridad del Estado de “El Guerrero Cubano”, Rodríguez aludió a “reuniones secretas donde se estaría planeando cómo hacer más daño a Cuba, cuando ya el bloqueo ha escalado a niveles insólitos”.
Repitiendo los planteamientos recogidos por “El Guerrero Cubano”, la vocera coincidió en que se estarían manejando más medidas que repercutirían en Cuba: “prohibir todas las categorías de viajes a Cuba, aplicar a profundidad las sanciones a terceros que comercien con Cuba y, entre otras más codificar como ley la inclusión de Cuba en la lista de supuestos patrocinadores del terrorismo, un proyecto a la medida de María Elvira Salazar”.
Según Rodríguez, el senador Marco Rubio también estaría contemplando “bloquear” todos los procesos migratorios, de reunificación, visitas familiares, y consideró como “perversa” lo calificado por ella como una “conspiración”. “Se está hablando de deportación masiva de cubanos a terceros países”, añadió.
El pasado 20 de diciembre los partidarios del régimen participaron en la “Marcha del Pueblo Combatiente”, al concluir la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, para buscar reafirmar el respaldo popular al Gobierno, en medio de un escenario de crisis económica y electroenergética que empeora cada día.
En el emblemático lugar conocido como la Tribuna Antiimperialista, donde se han dado cita los seguidores del régimen en distintos actos que buscan legitimar el apoyo a un gobernante cada vez más desprestigiado, Miguel Díaz-Canel pidió seguir resistiendo con “rebeldía” e “intransigencia”.
En un discurso lleno de los lugares comunes a los que suele recurrir Díaz-Canel, volvió a culpar al embargo estadounidense como causante de los problemas del pueblo cubano.
En su intervención calificó el “bloqueo” como “un golpe a una nación que busca desarrollarse” y a él se “oponen” los cubanos acarreados a la marcha, para la cual han movilizado cientos de medios de transporte a pesar de la actual crisis de combustible que atraviesa el país.
Con el tono beligerante que suele asumir para referirse a Estados Unidos, abordó la cuestión del embargo como una “guerra” contra el país y consideró que con la marcha se “demuestra” “cuán elevado sigue estando el honor de la patria”.
