El activista Marcel Valdés visibilizó el lunes el caso del preso político Onaikel Infante Abreu, del que no se tenía información hasta el momento. El joven, de 26 años, se encuentra en una celda de castigo en la prisión Combinado del Este, en La Habana, y en huelga de hambre.
Su esposa, Sujay Acosta, declaró a ADN Cuba que la última vez que lo vio fue el pasado 23 de enero. “Cuando fui a la visita noté que estaba muy rojo, tenía marcadas las esposas; parece que las tenía bien apretadas. Él no quería decirme nada”, añadió.
“Me dijo: si a mí me pasa algo, cuida bien a las niñas“, contó Acosta.
Un día después, la mujer recibió una llamada de otro recluso, quien le confirmó que Infante Abreu se encontraba plantado (huelga) en una celda de castigo y lo estaban maltratando.
Desde el 23 de enero, hace una semana, la esposa no tiene comunicación directa con el preso político. Al parecer, las autoridades le quitaron el derecho a las llamadas telefónicas.
Onaikel Infante Abreu protestó el 27 de octubre en la azotea de su vivienda en La Habana colocando una sábana blanca con consignas antigubernamentales.
Ese día fue detenido violentamente. Le golpearon la cabeza y le tiraron balas de goma. De ahí fue llevado al Hospital Militar, donde convulsionó, a pesar de lo cual no le dieron atención médica. Lo montaron en un carro y lo llevaron encapuchado para la estación de Diez de Octubre y Acosta.
Días después fue trasladado al Combinado del Este, sin fecha de juicio ni petición fiscal.
El joven cubano está acusado supuestamente de “alteración del orden constitucional” por realizar la protesta desde su vivienda.
