Friday, November 29, 2024
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Virgen de la Caridad del Cobre, la cachita, oshun, patrona de los cubanos

La Virgen de la Caridad del Cobre es uno de los más altos emblemas de la nación y cultura cubana. Su imagen trasciende la dimensión religiosa y es, casi como la bandera, uno los símbolos más distintivos y fieles de los cubanos, sin importar en qué lugar del mundo estos se encuentren. Este 8 de septiembre es un día de celebración para todos los cubanos.

Ante su presencia se desdibujan las diferencias políticas, las rivalidades más arduas, las tormentas más grises que afligen a la isla. Es la fe, el sosiego, el consuelo, de millones de cubanos. Bajo su manto protector se sienten seguros no solo los católicos, sino también los practicantes de las religiones afrocubanas que la veneran como Oshun, una orisha de cabecera, fielmente ligada al destino de las mujeres y los hombres. También pertenece a quienes se dicen ateos y tantas veces han ido ha hablarle como a una madre que todo lo escucha sin juzgar la distancia del hijo, que ahora acude necesitado.

¿Cómo la Virgen de la Caridad se convirtió en la patrona de Cuba?

Corría el año 1612, cuando tres campesinos del oriente cubano que habían salido en su barcaza de madera a buscar sal, se vieron envueltos en medio de una gran tormenta. Según su relato, en medio de la tempestad, y cuando ya la embarcación parecía que podría zozobrar, un haz de luz se hizo sobre las aguas para dejar entrever la imagen de una virgen que flotaba serena sobre una tabla.

Entonces se hizo la calma de repente, y los tres Juanes, como se les conoce a aquellos hombres, pudieron alcanzar la imagen identificada como la virgen María, por traer al niño Jesús en brazos. Al subirla a su bote, pudieron leer sobre el madero una inscripción que decía “Yo soy la Virgen de la Caridad”.

Una vez que lograron llegar a las costas de la Bahía de Nipe, en la actual provincia de Holguín, contaron su historia a los habitantes de la zona y la imagen fue trasladada al pueblecito de Barajaguas.

El Santuario del Cobre

El primer santuario que se le dedicó fue de hojas de guano y tablas, al estilo del típico bohío cubano. Luego se le dedicaron otros templos con mejores condiciones, sin embargo, se produjeron misteriosos acontecimientos que hicieron creer a los fieles que a la virgen no le agradaba del todo estar en esos sitios. Hay relatos que refieren continuas desapariciones y apariciones de la imagen, y el avistamiento de destellos luminosos bastante extraños.

Según la leyenda, una niña llamada Apolonia aseguró un día haber visto a la virgen en la montaña de El Cobre, y también los habitantes de ese poblado de mineros percibieron después un extraño resplandor en la cima de una montaña. Fue entonces cuando asumieron que la Virgen había escogido estar en ese promontorio y le construyeron una modesta ermita allí. De esta manera fue como, tras peregrinar por varios sitios, la virgen de la Caridad llegó a la que sería su casa o santuario definitivo.

Fue a partir de ese momento cuando a su nombre se le añadió aquel de la localidad santiaguera donde la virgen escogió estar, y para todos los cubanos comenzó a llamarse Virgen de la Caridad del Cobre. Su culto se extendió enseguida por toda Cuba, y pronto trascendió los límites geográficos de la isla.

Los negros esclavos traídos por los conquistadores españoles hallaron consuelo en la virgen, y como no podían practicar el culto por sus antiguos dioses, la identificaron con su amada Oshun.

Fue también la virgen mambisa, pues acompañó en los campos de batalla a los independistas cubanos cuando estos quisieron tener una patria propia, de la cual ella sería considerada la patrona absoluta.

Proclamación como patrona de Cuba

Atendiendo precisamente a la petición de los Veteranos de la Guerra de la Independencia, el 10 de mayo de 1916 el Santo Padre Benedicto XV la proclamó Patrona de Cuba. Años después, el 24 de enero de 1998, durante la Santa Misa que celebró en su visita apostólica a Santiago de Cuba, el Papa Juan Pablo II la coronó como Reina y Patrona de Cuba.

Por su parte el papa Benedicto XVI le otorgó el 26 de marzo de 2012 la Rosa de Oro de la Cristiandad, cuando se conmemoraban los 400 años de la aparición de virgen.

El 28 de agosto de 2014, el Papa Francisco dispuso la colocación de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en los jardines del Vaticano, en Roma. Y un año más tarde, en su visita a Cuba, le trajo un ramo de flores de plata, que descansan a los pies de la venerada imagen.

Virgen de la Caridad del Cobre en los Jardines del Vaticano

El Cobre, Miami, Madrid o Roma

Aunque como su nombre lo indica, la virgen del hallazgo mariano se encuentra en el poblado de El Cobre, en la provincia de Santiago de Cuba, su imagen milagrosa se ha esparcido por todos aquellos rincones del planeta donde se encuentran los cubanos, o fieles de otras nacionalidades.

Muy conocida es la Hermita de la Caridad del Cobre ubicada en Miami, considerada el segundo templo más importante de la virgen.

Hermita de la Virgen de la Caridad del Cobre en Miami

Pero también su imagen se encuentra algunos lugares de España, como la céntrica Parroquia de Nuestra Señora del Carmen y San Luis, a solo unos metros de la Puerta del Sol en Madrid. O en los jardines vaticanos en Roma, Italia, donde se halla la imagen de la virgen develada por el Papa Francisco en 2014.

Imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre en Madrid

Oración a la Virgen de la Caridad del Cobre

 ¡Virgen de la Caridad del Cobre,
Patrona de Cuba!
¡Dios te salve, María, llena de gracia!
Tú eres la Hija amada del Padre,
la Madre de Cristo, nuestro Dios,
el Templo vivo del Espíritu Santo.
Llevas en tu nombre, Virgen de la Caridad,
la memoria del Dios que es Amor,
el recuerdo del mandamiento nuevo de Jesús,
la evocación del Espíritu Santo:
amor derramado en nuestros corazones,
fuego de caridad
enviado en Pentecostés sobre la Iglesia,
don de la plena libertad de los hijos de Dios.
¡Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre, Jesús!
Has venido a visitar nuestro pueblo
y has querido quedarte con nosotros
como Madre y Señora de Cuba,
a lo largo de su peregrinar
por los caminos de la historia.
Tu nombre y tu imagen están esculpidos
en la mente y en el corazón de todos los cubanos,
dentro y fuera de la Patria,
como signo de esperanza
y centro de comunión fraterna.
¡Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra!
Ruega por nosotros ante tu Hijo Jesucristo,
intercede por nosotros con tu corazón maternal,
inundado de la caridad del Espíritu.
Acrecienta nuestra fe,
aviva la esperanza, aumenta y fortalece
en nosotros el amor.
Ampara nuestras familias,
protege a los jóvenes y a los niños,
consuela a los que sufren.
Sé Madre de los fieles
y de los pastores de la Iglesia,
modelo y estrella de la nueva evangelización.
¡Madre de la reconciliación!
Reúne a tu pueblo disperso por el mundo.
Haz de la nación cubana
un hogar de hermanos y hermanas
para que este pueblo abra de par en par
su mente, su corazón y su vida a Cristo,
único Salvador y Redentor,
que vive y reina con el Padre
y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
Amén.

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