El 25 de noviembre es el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, una fecha significativa para levantar la voz contra la violencia dirigida a las mujeres y exigir la implementación de políticas encaminadas a su erradicación a nivel global.
Esta fecha conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal, tres destacadas activistas políticas dominicanas brutalmente asesinadas por el régimen de Rafael Leónidas Trujillo el 25 de noviembre de 1960.
La violencia contra las mujeres constituye una violación de los derechos humanos que impacta a mujeres de todas las edades, razas, etnias, clases sociales y religiones. Sus manifestaciones pueden ser diversas, abarcando desde violencia física y sexual hasta formas más sutiles como la psicológica y económica.
De acuerdo con la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, la violencia contra la mujer se conceptualiza a partir de prácticas tradicionales nocivas. Se describe como el acto que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, incluidas las amenazas, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada.
La violencia contra las mujeres tiene un impacto devastador en las vidas de las mujeres y sus familias. Puede provocar lesiones físicas y psicológicas, traumas, trastornos del estado de ánimo, problemas de salud mental y problemas de salud física. También puede conducir a otros flagelos como la pobreza, la exclusión social, e incluso, la muerte. Esta problemática tiene sus raíces en las desigualdades de género, los estereotipos sexistas y la cultura de la violencia.
En Cuba no existe una Ley integral contra la violencia de género, por lo que muchas organizaciones de la sociedad civil han solicitado en varias oportunidades que se legislen acciones concretas para proteger a las mujeres.
El pasado 30 de mayo Cubalex y otras diez organizaciones no gubernamentales (ONGs) participaron en la Pre-Sesión del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW), celebrada en Ginebra, Suiza. Entre las recomendaciones que Cubalex propuso al Estado cubano se encontraban las siguientes:
– Promulgar una Ley Integral contra toda forma de discriminación y violencia de género, que incorpore procedimientos específicos para la prevención e investigación eficiente.
– Creación de centros de atención integral para la acogida y protección de mujeres víctimas de violencia, con todas las garantías de seguridad y personal cualificado para atender estos casos.
– Implementar programas educativos con perspectiva de género para la capacitación de funcionarios, especialmente los encargados de investigar y juzgar a los responsables de discriminar y ejercer violencia por motivos de género
– Cumplir con la obligación de debida diligencia para prevenir y sancionar cualquier forma de violencia contra las mujeres, independientemente del contexto y de los presuntos responsables.
– Adoptar políticas públicas eficientes y específicas para la protección a las mujeres víctimas de violencia.
Durante los últimos años, el incremento de los feminicidios y por ende de la violencia hacia la mujer ha ido en ascenso en el contexto cubano. Una de las caras más visibles de la violencia de género es la falta de la tipificación del feminicidio como delito penal en un contexto de aumento de feminicidios. Hasta la fecha, la plataforma independiente YoSíTeCreo en Cuba ha documentado y verificado 76 feminicidios en lo que va de este año.
Durante la 44 sesión del Examen Periódico Universal (EPU), al que Cuba fue sometido este 15 de noviembre, la representación de la Isla declaró que en el año 2022 se registraron sólo 18 casos de “asesinatos por razones de violencia de género” en todo el país. Durante ese mismo período, sin embargo, organizaciones independientes de la sociedad civil documentaron un total de 33 feminicidios, cifras que discrepan notablemente con las estadísticas proporcionadas por el Estado cubano ante las Naciones Unidas.
Entre las recomendaciones emitidas por los Estados miembros de la ONU a Cuba, se destaca la urgencia de desarrollar una legislación clara y accesible en relación con la violencia de género. Se insta a tipificar el feminicidio como un delito penal independiente y a implementar campañas de concientización sobre la violencia de género e identidad sexual. El objetivo es erradicar el machismo y desafiar el pensamiento patriarcal arraigado en la idiosincrasia nacional.
La lucha contra la violencia hacia las mujeres representa una oportunidad crucial para recordar a aquellas que han sido víctimas de violencia y para exigir a los Estados la implementación de leyes más efectivas en pro de la protección de las mujeres.