LA HABANA, Cuba. – La llegada de un parque ambulante para la recreación infantil “fabricado a lo cubano” ha generado por estos días algarabía y revuelo en la barriada de El Palenque, en el municipio habanero de La Lisa.
Cientos de jóvenes y chicos residentes de la zona llegan a diario hasta las inmediaciones del antiguo Minimax de El Palenque, donde se encuentran ubicados los rústicos equipos cuya apariencia no genera mucha confianza; sin embargo, la acogida ha sido “extraordinaria” por los pobladores.
“Estamos muy contentos porque en este país no hay un parque de diversiones que sirva, a eso súmale que para venir hasta aquí no tienes que coger ningún transporte”, dijo a CubaNet una madre presente en el lugar que se identificó como Bárbara.
“Las familias de El Palenque agradecemos que estas personas vengan a los barrios a traer un poquito de alegría, sobre todo a los niños; porque los cubanos vivimos estresados, sin comida, sin luz, sin agua y con miedo a despertarnos al día siguiente porque no sabemos qué es lo que nos va a faltar”, agregó la entrevistada.
Sobre los precios de los aparatos de diversión la mujer comentó: “No están baratos, principalmente para los trabajadores, pero tampoco son excesivos porque cuestan 50 pesos que, para como están las cosas en Cuba, donde cualquier bobería te vale 500 pesos, es un logro”.
La llegada del parque también ha generado ganancias a los vendedores informales de la zona, que han tenido la oportunidad de ofertar sus productos a un mayor público.
“Están vendiendo de todo: galleticas, refrescos, de todo, pero eso sí, bien caro”, apuntó otra madre cubana.
Asimismo, uno de los encargados del parque ambulante, que prefirió no ser identificado por temor a represalias, explicó a CubaNet que, aunque los equipos son “rústicos y feos” cuentan con la seguridad requerida por las autoridades para poder operar en los barrios.
“Nunca hemos tenido un accidente porque para nosotros lo principal es la seguridad de los niños. Siempre estamos al pendiente de cualquier detalle porque este es nuestro trabajo; de aquí sale la comida de nuestras familias”, precisó la fuente.
Además, dijo que los equipos son revisados diariamente antes de echarlos a andar para evitar cualquier falla.
“Si los parques del Estado, que tienen equipos más sofisticados, se rompen, a estos que son criollos también les puede suceder un imprevisto, pero gracias a Dios eso nunca ha sucedido”, comentó.
El parque transita de barrio en barrio por toda la capital cubana, fundamentalmente, por los denominados “barrios marginales”, los cuales están desfavorecidos y carentes de inversiones estatales.
El propietario de los equipos es un trabajador por cuenta propia que suma alrededor de 14 años en la misma labor, bajo la licencia de “operador de equipos de recreación”.
“Desde que tengo 18 años, y ya tengo casi 32, estoy en el mundo de la recreación infantil. Desde entonces tengo licencia, porque en la actualidad no dan dictámenes técnicos para operar estos equipos; solo pueden operarlos las personas que ya tienen experiencia en esta actividad”, aseguró el hombre.
Asimismo, detalló que las autoridades también prohíben vender los equipos en caso de que su dueño quiera deshacerse de ellos.