Sunday, November 24, 2024
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Trump, desafiante y con el ceño fruncido en su foto policial, vuelve a Twitter

(EFE).-El ex presidente Donald Trump, cercado desde hace tiempo por los tribunales, pisó finalmente una cárcel, la de Atlanta, en Georgia, pocos minutos después de haber ingresado y tras haber aceptado pagar los 200.000 dólares que sus abogados acordaron con la fiscalía.

El republicano cumplió con la orden de la Justicia y se entregó en una prisión de Atlanta para ser fichado en su cuarta imputación. Esta vez, por haber intentado revertir el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 en el estado de Georgia, donde perdió por un estrecho margen contra Joe Biden.

La llegada de Trump a Atlanta, desde que aterrizó en su avión privado hasta que se trasladó a la cárcel del condado de Fulton, fue televisada por las principales cadenas del país en horario de máxima audiencia.

El personal penitenciario anotó su peso y altura: 6,3 pies y 215 libras (1,90 metros y 97 kilos), le tomó las huellas dactilares y le hizo una foto para la ficha policial, la primera de un ex presidente estadounidense. Trump regresó a la red social X (antes Twitter) publicando, precisamente esa imagen.

Fue su primera publicación en la red social desde enero de 2021, cuando Twitter suspendió la cuenta de Trump por “incitación a la violencia” tras el asalto al Capitolio

Además, acompañó la fotografía con la fecha en que fue tomada (24 de agosto de 2023), las inscripciones “Interferencia electoral” y “¡Nunca rendirse!” y la página web de su campaña presidencial, donde pide donaciones.

Fue su primera publicación en la red social desde enero de 2021, cuando Twitter suspendió la cuenta de Trump por “incitación a la violencia” tras el asalto al Capitolio.

Elon Musk la rehabilitó el año pasado tras adquirir la compañía, pero el ex presidente no había vuelto a publicar nada y se centraba en la red social que él mismo fundó, Truth Social.

Con el ceño fruncido, una mirada desafiante y su habitual corbata roja, la imagen de Trump pasará a la posteridad, o al menos quedará inmortalizada en miles de camisetas de sus seguidores.

En ninguna de sus tres anteriores imputaciones penales -la del soborno a la actriz porno Stormy Daniels, la de los documentos clasificados y la del asalto al Capitolio- había tenido que comparecer en una prisión ni se le había tomado una fotografía policial.

Unos veinte minutos después de su ingreso, Trump abandonó la prisión del condado de Fulton en un convoy de vehículos blindados escoltado por el Servicio Secreto, que se encarga de la seguridad del ex mandatario.

El ex presidente había viajado por la tarde desde Nueva Jersey hasta la capital de Georgia para cumplir con el mandato de la Justicia, que le dio de plazo hasta el viernes para entregarse voluntariamente.

En el interior de la cárcel, el sheriff del condado de Fulton ya había advertido que Trump no tendría un trato especial y que se sentaría ante la cámara igual que el resto de procesados.

Unos 20 minutos después, Trump salía de la prisión en el mismo convoy blindado con el que había ingresado, sin que la prensa lo viera y sin tener que pasar la noche o incluso días esperando una audiencia

Pero lo cierto es que su fichaje fue mucho más ágil de lo habitual, ya que los abogados del ex presidente habían pactado previamente con la Fiscalía la fianza para su inmediata puesta en libertad.

Unos 20 minutos después, Trump salía de la prisión en el mismo convoy blindado con el que había ingresado, sin que la prensa lo viera y sin tener que pasar la noche o incluso días esperando una audiencia para determinar la fianza, como le ocurre a muchos reos de este penal.

No experimentó en carne propia las condiciones de insalubridad y violencia que hay en la prisión de Fulton y que son objeto de una investigación del Departamento de Justicia desde que el año pasado fue hallado un preso sin vida, desnutrido y lleno de insectos.

Delante de la prisión, decenas de simpatizantes de Trump, algunos reincidentes en este tipo de eventos, desafiaban el calor para expresar su apoyo al ex mandatario, con la ayuda de los helados que vendía un carrito que hizo su agosto.

Con un cartel que equiparaba a Trump con Nelson Mandela, Rick Hern, residente de Atlanta, dijo a EFE que la imputación es “injusta” y reivindicó que Trump tenía “derecho a investigar las elecciones si creía que había irregularidades”.

Pero de lo que realmente lo acusa la fiscal de Fulton Fani Willis es de 13 delitos por haber liderado una trama mafiosa con 18 aliados para intentar revertir su derrota electoral en Georgia, uno de los estados clave para ganar la presidencia.

De ser declarado culpable de todos los cargos, el ex presidente republicano podría ser condenado a hasta 76 años y medio de cárcel.

Una de las principales pruebas en su contra es la grabación de una llamada de enero de 2021 en la que pidió al secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, que le “encontrara” 11.780 votos, uno más de los que había conseguido Biden.

El republicano considera todos los casos en su contra una “caza de brujas”, y todavía hoy sigue sosteniendo el bulo de que ganó las elecciones de 2020.

Willis quiere demostrar que Trump violó la llamada ley RICO, una legislación utilizada en Georgia para perseguir a capos de la mafia, y ha propuesto que el juicio arranque el próximo 24 de octubre

Willis quiere demostrar que Trump violó la llamada ley RICO, una legislación utilizada en Georgia para perseguir a capos de la mafia, y ha propuesto que el juicio arranque el próximo 24 de octubre.

Para Fred Smith Jr., profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Emerson, en Atlanta, el “calendario es muy agresivo” y la acusación muy compleja, pero recordó que Willis ha tenido éxito en anteriores imputaciones con la ley RICO. “Es un caso complejo pero si hay alguien que lo puede hacer es ella”, dijo el experto a EFE.

Esta cuarta imputación ha cobrado especial relevancia porque al tratarse de un proceso judicial estatal en lugar de federal, Trump no podría indultarse a sí mismo en caso de recuperar la Presidencia estadounidense.

Y es que los procesos judiciales no han hecho mella en su popularidad: el ex mandatario es el gran favorito para hacerse con la nominación republicana para las presidenciales de 2024, en las que espera batirse de nuevo con Biden.

Justo ayer, Trump fue el gran ausente del primer debate televisado entre aspirantes republicanos a la nominación. Se entregó en horario de máxima audiencia. Tuvo en la cárcel de Fulton el plató que quería.

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