LA HABANA, Cuba. – El preso político Yasser Fernando Rodríguez González fue trasladado en días recientes al centro penitenciario Combinado de Sandino, ubicado en la provincia de Pinar del Río, según él mismo denunció vía telefónica.
El nuevo traslado habría sido decretado como represalia por denunciar violaciones a los derechos humanos en la prisión provincial de máximo rigor Kilo 5 ½, donde se encontraba anteriormente.
Rodríguez González apuntó que en el Combinado de Sandino los militares también aplican restricciones arbitrarias con respecto a los alimentos y medicamentos, por ejemplo, no permiten a los internos entrar con el café que les traen sus familiares a la visita, así como tampoco les dejan pasar tabaco a menos que sea en rama o de la bodega.
El prisionero político denunció además que las autoridades de esta instalación carcelaria tampoco permiten que los internos entren con los alimentos que no hayan consumido durante la visita, sino que los obligan a botarlos cuando los familiares se han marchado, a pesar del hambre que padecen los reclusos en ese penal.
Esto, según pudo dar a conocer el prisionero político, sería por orden del teniente coronel Euclides Reloba Baños, jefe de esa cárcel, quien así se lo aseguró durante una conversación sostenida con él pocos días después de haber sido trasladado.
Rodríguez González se refirió de la misma manera a la pésima calidad de la comida destinada a la población penal: la ración de arroz es insuficiente, la sopa está aguada, la mermelada es ácida, a veces incluso solo tiene agua con colorante, sin azúcar, y lo mismo sucede con el té. Asimismo, aseguró que las autoridades penitenciarias tampoco permiten la entrada de medicamentos de ningún tipo.
El prisionero político Yasser Fernando Rodríguez González, de 40 años de edad, se encuentra encarcelado desde el 25 de noviembre del año 2020 como castigo por llenar la fachada de su casa de letreros contestatarios contra el régimen de La Habana. Al principio de su cautiverio lo mantuvieron en el Combinado del Este y luego en Valle Grande, ambas prisiones de máximo rigor, antes de ser trasladado hacia El Pitirre.
Tras haberlo mantenido en prisión por más de 12 meses sin celebrarle juicio, fue condenado a siete años de privación de libertad por el presunto delito de “incitación a la rebelión”. Recientemente, después de un recorrido por varias cárceles habaneras, fue trasladado hacia la prisión pinareña Kilo 5 ½ y posteriormente hacia la instalación carcelaria donde se encuentra actualmente, de muy difícil acceso debido a su ubicación, en el extremo más occidental de la Isla.