El Gobierno de Cienfuegos ha decidido establecer un máximo de precios para la venta liberada de productos agropecuarios. La medida, que entró en vigor este 1 de junio, busca frenar el creciente costo de los alimentos y apaciguar los ánimos de la población, que ha salido a las calles en protesta contra los apagones y las difíciles condiciones de vida.
Ladecisión surge tras manifestaciones de descontento de los cienfuegueros, con los apagones y la precariedad en la que viven. Alejandro Tur Valladares, periodista independiente, comentó a Martí Noticias que esta es una medida política diseñada para calmar a la población afectada por diversos problemas, no solo energéticos sino también económicos.
“Desde el punto de vista de su efectividad, en el pasado se han aplicado políticas similares y todas han redundado en el fracaso. En un contexto inflacionario y de baja productividad, topar precios solo genera mayor escasez”, argumentó Tur Valladares.
El tope de precios no es una estrategia nueva en Cuba. Las autoridades han recurrido a esta medida en varias ocasiones con la intención de controlar el aumento de precios de alimentos y servicios. Sin embargo, especialistas como el economista Pedro Monreal han criticado su efectividad. Monreal ha señalado que “los ‘topes’ de precios, incrustados en la narrativa oficial, son inefectivos para estimular la oferta, pero pueden ser políticamente ‘convenientes’ porque ensalzan la función ‘protectora’ del Estado, a la vez que facilitan identificar ‘culpables’ no estatales”.
La resolución aprobada por la Asamblea Provincial de Cienfuegos incluye productos del campo como viandas, hortalizas, frutas, granos y arroz. La gobernadora de Cienfuegos, Yolexis Rodríguez Armada, enfatizó que la medida busca aliviar a los ciudadanos y estabilizar el mercado agropecuario local.
Sin embargo, la implementación de estos precios topados ha generado críticas entre los vendedores y agricultores. Alejandro Morales, un ‘carretillero’ en Aguada de Pasajeros, expresó las dificultades que enfrenta para proveer a su familia. “Esos precios topados están mal porque ellos no tienen nada. Nosotros somos los que compramos a los campesinos y luego vendemos en las calles, pero los campesinos quieren vender al mismo precio que está en la calle la mercancía”.
Morales explicó que los costos asociados a la producción agrícola, como el precio del petróleo y los servicios de maquinaria, hacen inviable vender a los precios establecidos por el gobierno. “Aquí un porrón de petróleo vale 9,000 pesos, un tractor cobra 100 pesos por cordel para la preparación de tierra. Los campesinos te sacan esa cuenta y tú tienes que quedarte callado, porque tienen razón”.
De acuerdo con la resolución, los trabajadores por cuenta propia autorizados a comercializar productos agropecuarios de forma ambulante pueden aplicar hasta un 30% por encima de los precios fijados. Sin embargo, muchos consideran que esta medida no resolverá el problema de la escasez de alimentos y solo servirá como un paliativo temporal.
Alejandro Tur Valladares concluyó que “no van a resolver el problema de los alimentos, es una medida como muchas otras que se han aplicado en el pasado, un parche para tratar de atenuar efectos que se están viviendo, y pienso que va a durar muy poco tiempo, y que lo que va a hacer es agravar aún más el panorama de escasez de alimentos”.
