En La Habana, en la noche del viernes, amigos y familiares denunciaron la muerte violenta de un joven de tan solo 18 años, identificado como Brayan Califa.
La noticia se propagó a través de las redes sociales, donde la conmoción y el pesar de quienes conocieron a Brayan quedaron plasmados en emotivas publicaciones.
“Qué puedo decir, Brayan Califa, no tengo palabras para expresar lo que siento. Me llaman y me dan la noticia, y no lo creo; pienso que todo es un juego. No sé ni qué decir, no suelo publicar nada de estas cosas por aquí, pero es que tú fuiste alguien especial en mi vida, y siempre te voy a recordar. EPD, VUELA ALTO, MI MENOR. Nunca se me van a olvidar las palabras que me dijiste antier”, dijo una allegada a la víctima.
Otra amiga del joven compartió su angustia en las redes sociales, calificando el dolor como “inmensamente brutal”. Recordó a Brayan como algo más que un amigo, como su hermano, su compañero y su apoyo inquebrantable. Con tristeza, mencionó que le arrebataron la vida con tan solo 18 años, y sus palabras transmiten un profundo afecto y aprecio:
“Recuerdo todo lo que vivimos de niños y cuántas lágrimas soltamos juntos. Lo compartíamos todo: alegría, tristeza, llantos, risas. La vida no me dio hermanos, pero tú eras más que mi hermano. Éramos uno. Mi vida entera derribada en una noche, en una llamada. Te amo y te amaré por siempre, mi chiquito, la luz de mis ojos”.
Hasta el momento, no se han revelado las circunstancias precisas de la muerte de Brayan Califa, dejando a la comunidad sumida en la incertidumbre y la tristeza. El hecho se suma a la creciente ola de violencia que afecta a la sociedad cubana.
El caso de Brayan Califa es un sombrío recordatorio de los desafíos y la inseguridad que se intensifica en toda la isla.
