MIAMI, Estados Unidos. – El Colegio Médico de Honduras (CMH) expresó esta semana su preocupación por la inminente llegada de 89 médicos cubanos al país, programada para el 20 de febrero, de acuerdo con un reporte del diario hondureño Tiempo.
El ente gremial solicitó que estos especialistas se sometan al proceso de registro oficial y validen sus credenciales conforme a las leyes nacionales, así como que se cumplan la igualdad de condiciones laborales y la transparencia en la contratación.
La demanda surge en el marco del anuncio realizado el pasado 1 de febrero por la Secretaría de Salud de Honduras, que detallaba la contratación de 89 médicos cubanos por un periodo de dos años con un salario de 2.000 dólares mensuales. La noticia generó malestar entre los médicos hondureños, quienes consideran que se está relegando a los profesionales locales en favor de los extranjeros.
Samuel Santos, vicepresidente del CMH, en declaraciones al programa radial Diario Matutino, de HRN, expresó su preocupación por la diferencia salarial entre los médicos de ambos países, señalando que “un especialista hondureño gana alrededor de 35.000 lempiras, mientras que se espera que un médico cubano reciba alrededor de 49.520 lempiras”.
La Secretaría de Salud ha respondido a estas críticas asegurando que el financiamiento de los salarios de los médicos cubanos corre por cuenta del Gobierno de Xiomara Castro, desligándose de la responsabilidad directa sobre estos pagos.
Además, la alta tasa de desempleo entre los médicos hondureños, que alcanza los 11.000 profesionales sin empleo, muchos de ellos especialistas, añade una capa de complejidad al debate. Santos aclara que la posición del CMH no responde a un tema de discriminación, sino a una preocupación por la situación laboral en el país.
Por otro lado, la Secretaria de Salud, Carla Paredes, ha argumentado que la contratación de médicos extranjeros obedece a una falta de especialistas en el país, donde predominan los médicos generales. Según Paredes, el contrato incluye especialidades críticas como Cirugía y Medicina Interna, entre otras.
Las llamadas “misiones médicas cubanas” han sido ampliamente criticadas por la comunidad internacional y calificadas por organismos multilaterales como una “forma de esclavitud moderna”.
A finales de 2023, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puso en el punto de mira al régimen cubano por sus violaciones de los derechos humanos y laborales, especialmente en lo que respecta a sus profesionales médicos desplegados en “misiones internacionales”. La acusación también implica a países receptores como Italia, Catar y España.
Una carta fechada el 2 de noviembre de 2023, dirigida a la representación cubana ante el Consejo de Derechos Humanos, fue escrita por Tomoya Obokata, relator especial sobre Formas Contemporáneas de Esclavitud. Obokata advierte sobre la persistencia de patrones que se asemejan a “trabajo forzoso”, tal como lo definen los indicadores de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El informe menciona acusaciones continuas basadas en testimonios de cubanos exportados y análisis de convenios y contratos, y destaca “numerosas violaciones de derechos humanos básicos”. El relator especial enfatizó la importancia y el valor de la cooperación médica cubana a nivel internacional, pero resaltó preocupaciones sobre violaciones de derechos fundamentales como la intimidad, libertad de expresión, asociación y circulación.
Las “misiones médicas cubanas”, que incluyen profesionales de diversas áreas como médicos, docentes, ingenieros, y artistas, entre otros, son descritas como situaciones de explotación laboral en los países de destino. El informe señala salarios inadecuados, confiscación de pasaportes, restricciones de movimiento y vigilancia por agentes del Gobierno cubano, así como casos de acoso o violencia sexual, amenazas y violencia física.
Además, el relator especial expone la falta de uniformidad en los contratos laborales, con algunas personas no recibiendo contratos y otras sujetas a condiciones desfavorables. Estas condiciones incluyen bajos salarios, la subrogación a la legislación cubana en el extranjero, falsificación de contratos y restricciones personales severas.
En respuesta a estos señalamientos, la Misión Permanente de Cuba ante el Consejo de Derechos Humanos ha negado la aplicación de presiones o represalias a quienes eligen no participar en estas misiones. Sin embargo, Obokata sostuvo que muchos profesionales se han visto obligados a participar debido a la coacción del régimen cubano y factores como la pobreza y la limitada disponibilidad de empleo en la Isla.
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