El primer secretario del Partido Comunista en Santiago de Cuba, José Ramón Monteagudo Ruiz, fue sustituido este jueves tras estar menos de tres años en el cargo. En su lugar, frente a la organización partidista, ha sido nombrada Beatriz Johnson Urrutia, quien se desempeñaba como gobernadora de la provincia oriental.
La sustitución se dio a conocer durante el Pleno del Comité Provincial del Partido al que asistió el gobernante Miguel Díaz-Canel. Un comunicado oficial anunció la decisión de “liberar de su responsabilidad” a Monteagudo e incluyó un reconocimiento por su labor al “enfrentar con exigencia y creatividad las tareas en el orden político, económico y social”.
Tras su salida, el funcionario “se reintegra al Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC)”, explica el texto. Monteagudo había sido nombrado secretario del PCC en la provincia en octubre de 2021, un momento que coincidió con el empeoramiento de la crisis económica en la Isla y el deterioro social.
Varias fuentes consultadas por este diario señalan al aumento de la violencia y la inseguridad en las calles de Santiago de Cuba como parte de los motivos para el nombramiento de Johnson, más conocedora del terreno y con un largo historial como cuadro político y partidista.
La sustitución se dio a conocer durante el Pleno del Comité Provincial del Partido al que asistió el gobernante Miguel Díaz-Canel
De 54 años y graduada de ingeniera química, Johnson ocupó varias responsabilidades directivas y administrativas en la Fábrica de Cemento José Mercerón Allen. Posteriormente fue gerente general de la Empresa Mixta Cemento Santiago de Cuba, perteneciente al Ministerio de la Construcción.
Antes de ser elegida gobernadora de la provincia, había ejercido como vicepresidenta y presidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular de Santiago de Cuba. Tiene reputación de persona enérgica, absolutamente fiel a las directrices del PCC y con expresiones muy coloquiales en sus pronunciamientos públicos.
En agosto de 2022, una manifestación en el reparto Luis Dagnes, en el Consejo Popular de Altamira, Santiago de Cuba, sumó a varios residentes para protestar por los apagones y la precaria situación económica en que vive la ciudad. La concentración rápidamente provocó la presencia de fuerzas militares y Johnson se acercó hasta el lugar y pidió a los vecinos “paciencia” y que se iban a revisar los horarios de apagones en la zona.
A la funcionaria también se le relaciona con la organización de actos de repudio y operativos policiales alrededor de la sede de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) donde se encuentra la vivienda del líder opositor José Daniel Ferrer, en prisión desde las protestas populares del 11 de julio de 2021.
Ante Johnson se abre ahora la difícil tarea de liderar, en la segunda ciudad más poblada del país, una organización partidista en franco deterioro, con un número mermado de militantes y anquilosada por la falta de reformas políticas. La inflación, el malestar popular, los crecientes apagones y el éxodo masivo completan un cuadro bastante sombrío para su mandato.
A eso se le suma la violencia expresada en frecuentes asesinatos, robos y asaltos. Recientemente un teniente coronel del Ministerio del Interior reconoció en una comparecencia pública que jóvenes, armados con cuchillos y machetes, y organizados en pandillas violentas, “implantan el terror” en Santiago de Cuba.
Un video de la reunión difundido a finales del pasado mes muestra a decenas de vecinos del reparto santiaguero Abel Santamaría escuchando la intervención del oficial, rodeado por otros agentes de la Policía. Su objetivo: informar sobre la detención de cinco jóvenes integrantes de una banda que, empuñando armas blancas, asaltaron una cafetería la madrugada del 7 de enero.
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