“Falló y falló hasta que dejó de llegar”, así describe Nuria de las Mercedes la situación que han vivido los enfermos crónicos de Sancti Spíritus con el suministro de la leche a las dietas médicas. Este diciembre, por segunda vez en el año, en los comercios estatales se ha informado a los consumidores de que se suspende la venta del lácteo y solo quedará la cuota destinada a niños hasta los siete años y las embarazadas.
Nuria, de 74 años, es diabética, hipertensa y tiene problemas renales. Entre los pacientes crónicos que reciben, cada tres días, un litro de leche, la anciana está en el grupo C de los tres que hay [A,B y C] y que reúnen a los beneficiados según su padecimiento. “En los últimos meses se retrasaba, hace semanas incluso que no llegaba y ahora nos avisaron de que no pueden garantizarla”, cuenta a este diario.
“No han explicado si es para siempre o una medida temporal”, lamenta la espirituana. Junto a otros clientes que también compran la leche normada, Nuria forma parte de un grupo de WhatsApp donde se pasan información sobre el suministro. “En el grupo nadie ha venido a explicarnos qué pasa pero ya me lo dijeron en la casilla [tienda], que no iba a entrar”.
Los empleados de esos comercios estatales no ofrecen una explicación concluyente. “Estamos en la época en que tradicionalmente hay menos lluvia, menos pasto y menos leche”
Los empleados de esos comercios estatales no ofrecen una explicación concluyente. “Estamos en la época en que tradicionalmente hay menos lluvia, menos pasto y menos leche”, sentencia uno de ellos, en la barriada de Kilo 12, ante la pregunta de 14ymedio. “A inicios de este año pasó lo mismo y luego volvimos a vender, aunque nunca se ha vuelto a alcanzar una distribución normal ni estable”.
En marzo pasado, la prensa local anunció que quedaba suspendida la venta de la leche destinada a las dietas médicas. En el anuncio se explicaba que se trataba de una medida momentánea y que las autoridades del territorio habían decidido “proteger las asignaciones dirigidas a los niños y embarazadas”.
Alberto Cañizares Rodríguez, director de la Empresa de Productos Lácteos Río Zaza en la provincia, explicó que el motivo principal para el recorte era la falta de alimento animal, pero añadió que el país tampoco había podido importar “los niveles requeridos de leche en polvo” para asegurar la cobertura a los enfermos crónicos.
Sin embargo, este diario pudo confirmar que en noviembre pasado caducaron 50 toneladas de leche en polvo en los almacenes espirituanos de Río Zaza. “No se le vendió a la población y tampoco se distribuyeron por otro camino, así que cuando vinieron a ver ya la mercancía estaba vencida y no se podía comercializar”, comentó entonces a 14ymedio un empleado de la empresa.
“Los jefes estaban que bufaban cuando se enteraron y vinieron aquí a intentar romper la cadena por el lado más débil”
“Los jefes estaban que bufaban cuando se enteraron y vinieron aquí a intentar romper la cadena por el lado más débil, o sea, a echarnos la culpa a nosotros, pero la responsabilidad fue de ellos que por estar en el ‘aguántame ahí’ dijeron que teníamos que mantener el producto y parece que no tuvieron en cuenta la fecha de caducidad. Era leche importada y a veces se compra con poco margen de tiempo porque así sale más barata en el mercado internacional”.
“Después le estaban sacando muestras a ver si por lo menos la podían destinar a algún programa social en que la gente no tenga acceso a la etiqueta, pero aquí ese tipo de productos sufre mucho con el calor”, explica. “Cuando se vence la fecha, normalmente ya tiene un sabor rancio o ha perdido cualidades para mezclarse bien con el agua, por ejemplo”. El producto sigue todavía en los almacenes de la empresa.
Para los pacientes crónicos, queda que Río Zaza procese la leche saborizada de soya para cubrir el déficit del alimento, pero el producto no goza de buena aceptación y, para diabéticos como Nuria de las Mercedes, “es más una maldición que una ayuda porque le echan bastante azúcar y viene con colorantes que no son recomendables para los que padecen de los riñones”.
Sancti Spíritus había sido hasta inicios de este 2023 la única provincia cubana que mantenía la venta de leche a las dietas médicas. Su condición de territorio ganadero le aseguraba la distribución, pero “el año empezó mal y termina peor”, considera Nuria. Los sacrificios ilegales de ganado, la falta de hierba en los campos y la desidia estatal parecen conjugarse para que el vaso de leche no llegue a las mesas de estos pacientes en los próximos meses.
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