LA HABANA, Cuba.- Suspendido por “falta de pruebas”, así dictaminó el presidente de la sala el juicio masónico contra el Soberano Gran Comendador, José Ramón Viñas Alonso, que sesionó este sábado en el edificio de la Gran Logia de Cuba, en La Habana. El acusado no fue previamente instruido de cargos y la parte acusatoria ni siquiera se presentó.
Más de un centenar de masones asistieron a la vista oral en apoyo al Soberano, quien fuera enviado a la Corte Suprema de Justicia Masónica el 22 de enero último mediante el Decreto No. 1575 del Gran Maestro (GM), Mario Alberto Urquía Carreño. Viñas fue acusado por informar a la comunidad masónica sobre el robo de 19 mil usd de la oficina del GM y los hechos pertinentes.
Todo indica que el GM pretendía ocultar ese robo, y solo lo informó cuando el Soberano le pidió mil USD para comprar comida y destinarla al Asilo Nacional Masónico. El Gran Maestro denunció el delito ante las autoridades casi una semana después, por exigencia del Patronato del Asilo.
José Ramón Viñas Alonso ha estado en la mira de la Seguridad del Estado desde que este remitiera una carta a Miguel Díaz-Canel, condenando la represión a las protestas del 11 de julio de 2021.
El cisma masónico
Aunque muchos masones, indignados con los recientes sucesos, se animan a hablar con la prensa independiente, la mayoría prefiere el anonimato pues el GM está actuando como “un tirano”, según lo califican. Estas fuentes alertan que Urquía Carreño ha acusado a varios masones de filtrar información a “medios de prensa profanos”. De igual modo se ha molestado con quienes hacen públicos los problemas internos de la Orden, o sea el robo en cuestión. Desde su posición de poder ha dictaminado que sean procesados judicialmente quienes lo encaran.
La mayoría de sus Grandes Funcionarios y miembros de Gabinete, así como 25 logias de todo el país, le han solicitado la renuncia por “minar nuestra credibilidad” y “para salvar lo más que sea posible” de la Orden Masónica en la Isla.
Sin embargo, Urquía Carreño ha decidido atrincherarse y “atacar a todo el que le haga sombra” opina una fuente consultada. Dicho comentario se sustenta en que el Gran Maestro dispuso que una veintena de miembros fueran juzgados en la Corte Suprema de Justicia Masónica. Este cuerpo está presidido por Ernesto Valdés García, quien trabaja para Mario Alberto Urquía Carreño en la mipyme privada del líder de la Gran Logia de Cuba, lo que podría representar un conflicto de intereses, destacan los masones entrevistados por CubaNet.
La expulsión del Gran Maestro
A finales de enero, el GM llegó a ser expulsado del Supremo Consejo, entidad que agrupa a los masones de mayor rango en el país y, en total afrenta a esta autoridad, decidió desobedecer el mandato, afirmando que se trataba de una componenda para desacreditarlo y destituirlo.
En su Circular Especial número 92, a la que Cubanet tuvo acceso, Urquía Carreño repudió y consideró como “de alta traición a la Masonería” las conductas de quienes le piden su renuncia, lo expulsaron o le exigen respuestas ante el grave suceso.
Y es que el cisma entre los masones ha aumentado significativamente desde que se informara del robo. Pocos apoyan al GM y principal sospechoso. Incluso la policía opina que es un autorrobo, lo cual reconoció el propio GM en uno de sus comunicados, al que CubaNet tuvo acceso.
Más dudas sobre el actuar del Gran Maestro
En un comunicado de Gerardo Cepero Díaz -Diputado Gran Maestro (el equivalente al vicepresidente de la Masonería, y probable futuro Gran Maestro) y uno de los firmantes de la solicitud de renuncia al Gran Maestro- al que CubaNet tuvo acceso, se describió cómo a pocos días de tomar posesión de su cargo, en marzo del pasado año, a Mario Urquía le iniciaron una minuciosa inspección en su negocio, una mipyme (micro, pequeña y mediana empresa) dedicada a “actividades especializadas de construcción” y que tenía varios contratos con la Empresa de Pan y Dulces de Guanabacoa. En la investigación intervinieron varios oficiales del MININT (Ministerio del Interior).
Buscaron “hasta el churre debajo de la oreja”, lo cual culminó en la paralización total de la mipyme a mediados del pasado año. Según el comunicado, la intención de esta investigación era hallar violaciones para amenazar y controlar al Gran Maestro.
“En ese tiempo le avisan que las obras que había hecho en la Dirección Minicipal de la Vivienda del municipio de 10 de Octubre estaban siendo investigadas. Allí realmente fue cuando vi cómo todos los recursos son puestos en función de quebrar la voluntad de un ciudadano, lo aplastan hasta solo dejarle dos salidas: o haces lo que ellos quieren o pagas el precio”, refiere Cepero Díaz en el texto.
El Diputado Gran Maestro narró igualmente que en más de una ocasión la Seguridad del Estado citó al Gran Maestro “para conversar” y este se negó a notificarlo a la Alta Cámara (poder legislativo) porque, según le dijo, “con esa gente (la Seguridad del Estado) no cuadraba buscarse líos”.
“Él mismo me decía que la presión lo tenía mal, no tenía trabajo y la empresa estaba bajo investigación, que el lazo lo estaba ahorcando”, manifestó.
En la mira de la Seguridad
CubaNet corroboró con fuentes cercanas a Mario Urquía que, efectivamente, su mypime EDIFICA S.U.R.L fue objeto de una investigación el pasado año; fue un proceso de varios meses que culminó en la paralización de las obras pues le hallaron varias faltas graves.
“Hubo trabajo que declararon y cobraron, pero no hicieron, como por ejemplo, una placa que supuestamente hicieron y, cuando revisaron, lo que pusieron fue un techo de tejas, o cobraron por 50 metros de obras y en realidad fueron 20 y cosas así que constituyen delito”, contó a CubaNet una de estas fuente cercanas al GM.
Cepero Díaz explicó en el comunicado que intuye como posible causa de esta investigación que “la Seguridad del Estado había perdido el control de la Gran Maestría, por eso le hicieron esa investigación, para tener un mecanismo de control y de chantaje sobre él, que es tenerlo sobre los masones en todo el país”.
Entonces, ocurre el robo y “es cuando usan todas sus cartas para que el Gran Maestro haga todo lo que ellos quieren, o sea, expulsar de la Masonería al Soberano Gran Comendador”, que se manifestó por la represión el 11 de julio.
Amenazas
“También han recaído sobre mí amenazas del GM porque ‘le pedí actuar con decoro’ “, añade Cepero, y “a eso súmenle la constante mención a Ángel Santiesteban, masón de alto rango (33) y opositor reconocido, quien desde el principio no confiaba que el dinero estuviera en sus manos”.
Si el Gran Maestro “logra sacarnos a nosotros de la Masonería, estará matando dos pájaros de un tiro, se salva él y les hace un favor (a la Seguridad del Estado) que le puede ayudar con su situación personal”, añade.
Para Cepero Díaz, “aquí no se trata de Urquía, lo que se está peleando es la independencia de la Masonería de la Seguridad del Estado y lo bueno es que se está viendo quién está de cada lado. (…) Yo solo quiero que la Masonería sea lo que debe ser, que el honor, la virtud y la ley sean nuestro escudo, que seamos independientes sin que nadie nos dirija como títeres”.
El cierre del proceso judicial masónico contra Viñas Alonso, que ocurrió el pasado sábado, es un resultado que varios masones ven con optimismo. “La Seguridad del Estado no puede hacer en la Masonería lo mismo que hacen con el país: dirigirlo de manera dictatorial, a su antojo, reprimiendo y encarcelando a todo el que se resiste a ello”, afirmó a CubaNet un masón que prefirió el anonimato.
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