MIAMI, Estados Unidos. – En medio de una crítica situación energética, el régimen cubano anunció este jueves severas medidas que buscan paliar el déficit de generación eléctrica, consecuencia de la falta de combustible y la creciente demanda, según informó el primer ministro Manuel Marrero Cruz en una comparecencia televisiva.
Las disposiciones incluyen la suspensión de todos los servicios que no sean vitales y generen un alto consumo de energía. Como parte de estas restricciones, “se suspenden las actividades culturales tanto en el sector estatal como no estatal”, afirmó el Ministerio de Cultura (MINCULT).
De igual manera, el Ministerio de Educación (MINED) determinó “suspender las actividades docentes desde el viernes hasta el domingo en todos los niveles de enseñanza”. En tanto, solo los servicios esenciales, como los hospitales y centros de elaboración de alimentos, seguirán operando con regularidad, de acuerdo con la información difundida por medios oficiales.
Asimismo, se informó que se suspenden las actividades de discotecas y centros recreativos que “generen altas concentraciones de personas”, con el objetivo de reducir la demanda de electricidad en horarios críticos.
Por otro lado, los Consejos Energéticos del país serán activados para gestionar la situación de forma más eficiente, mientras que solo “el personal indispensable” permanecerá en los centros de trabajo, según las nuevas normativas.
Las medidas llegan en un contexto de creciente incertidumbre, con largas jornadas de apagones (de más de 20 horas al día) y una infraestructura energética que no ha recibido las inversiones necesarias para su modernización. Las autoridades aseguraron que se está trabajando en soluciones a largo plazo, como la expansión de fuentes de energía alternativa, pero estas no resolverán la crisis inmediata.
Manuel Marrero Cruz, durante su intervención en cadena nacional, explicó que “la falta de combustible es el factor que más incide en el déficit energético”, subrayando que el país enfrenta “tres factores importantes: el estado de la infraestructura, la falta de combustible y el incremento de la demanda”.
El primer ministro del régimen también defendió la política de priorizar el consumo residencial sobre las actividades económicas. “Hemos estado paralizando actividades económicas para garantizar la generación energética a la población”, aseguró. Sin embargo, reconoció que las medidas han sido insuficientes, por lo que las restricciones se extenderán y se aplicarán con mayor rigor.
No obstante, no aludió a que, pese a la supuesta prioridad concedida por su gobierno a este sector, los apagones se han extendido por más de 20 horas diarias a toda Cuba, excepto a La Habana, donde aún son menores.
Marrero también mencionó los esfuerzos para “eliminar de manera progresiva la dependencia de los combustibles fósiles” y promover fuentes de energía alternativas, como la instalación de parques fotovoltaicos. No obstante, también admitió que este es un proceso a largo plazo y no una solución inmediata para la crisis actual.
El jefe de Gobierno explicó que, como parte de las estrategias para mitigar el impacto de la crisis, se está implementando la reducción de la jornada laboral a la mínima indispensable y promoviendo alternativas como el teletrabajo o el trabajo a distancia. “Se trata de usar la electricidad de forma más racional, ante una demanda creciente por parte del sector residencial”, puntualizó.
Finalmente, el funcionario informó que el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez está al frente de las acciones para estabilizar la situación energética.
