El régimen cubano es una “amenaza” a la seguridad no solo para los ciudadanos dentro de la Isla sino para todas las democracias. Así lo alertan seis ex oficiales disidentes de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior en una carta que hicieron pública este viernes a través de la organización Archivo Cuba con motivo del 65º aniversario de la Revolución.
Firmada por Orlando Brito, José Cohen, Rafael del Pino, Enrique García, Alcibíades Hidalgo y Máximo Omar Ruiz, ex altos mandos de las Fuerzas de Seguridad, que desertaron y se exiliaron entre 1987 y 2011, la misiva alerta de que los servicios de Inteligencia cubanos cuentan con un gran número de agentes repartidos por todo el planeta “cuyas supuestas lealtades no levantan sospecha” y que tienen como objetivo “servir a los intereses de la dictadura cubana”.
“Operan dentro de sus Gobiernos, parlamentos, medios de prensa, universidades, iglesias, instituciones culturales, empresas y otros sectores de la sociedad, incluso a los niveles más altos”, aseguran, partiendo de que, como ex oficiales de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior, el Gobierno y el Partido Comunista de Cuba, conocen “desde adentro sus objetivos y metodologías”.
Así, señalan que lo ocurrido en años recientes con los espías Víctor Manuel Rocha – detenido apenas este diciembre–, Ana Belén Montes – recién liberada tras cumplir dos décadas en prisión– o Kendall Myers –quien fue funcionario del Departamento de Estado– es solo la “punta del iceberg”. “No son casos aislados o reliquias de la Guerra Fría, como algunos han declarado; al contrario, son el resultado de un trabajo de décadas cuyos réditos exponenciales son difíciles de imaginar”, aseveran.
Para estos ex militares, el del régimen cubano es un “trabajo agresivo” que tiene como principal tarea ir contra Estados Unidos y “derrotar las democracias y sus valores”
Para estos ex militares, el del régimen cubano es un “trabajo agresivo” que tiene como principal tarea ir contra Estados Unidos y “derrotar las democracias y sus valores”. Para ello “cuenta con un aparato estatal gigantesco dedicado a la desinformación, la propaganda y la influencia apoyado por prácticamente todos los funcionarios del Gobierno, incluyendo los diplomáticos, periodistas, académicos y artistas” que “recibe una asignación prioritaria de recursos sin importar las grandes necesidades que sufre el pueblo”.
Los firmantes piden a EE UU que examine “con esmero” el impacto causado por Rocha “en su larga trayectoria como agente de Cuba”, además de exhortar a las instituciones educativas a “enseñar con objetividad la historia del comunismo y de la Revolución cubana, el impacto del internacionalismo cubano y el avance del marxismo”.
Entre las medidas que instan a tomar a todos los Gobiernos democráticos del mundo para contrarrestar las acciones de la Inteligencia cubana están “controlar el número de diplomáticos cubanos acreditados en su territorio nacional, así como sus accesos y proyección geográfica” y “establecer controles apropiados para negar visas y entradas por los puntos fronterizos a altos funcionarios y represores cubanos”.
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