LAS TUNAS, Cuba. — Sin especificar una fecha concreta para su realización el próximo año, la Segunda Conferencia Nacional del Partido Comunista de Cuba (PCC), que debía efectuarse el venidero octubre, fue pospuesta para el primer trimestre de 2024, informó la televisión en su noticiero estelar la noche del pasado lunes.
Las conferencias del PCC (único partido autorizado en Cuba) obedecen al mandato de un cónclave superior, como puede ser un congreso o un pleno, y tienen como misión evaluar el trabajo de esa organización política y establecer objetivos de trabajo.
Según medios oficiales, durante los meses de julio y agosto pasado, cuando los militantes del PCC y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) realizaron el proceso preparatorio, se produjeron un “alto número” de intervenciones (entiéndase: opiniones que se expondrían a la consideración de los delegados a la Conferencia), por lo que cabe preguntar: ¿Los criterios de los militantes fueron sinceros, críticos, o mera palabrería retórica? ¿Sus opiniones son congruentes con las vías de solución o por lo menos de atenuación de la crisis sociopolítica y socioeconómica que vive Cuba? ¿Qué objetivos de trabajo propondrán ahora los comunistas, que se auto titulan “fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado”, renunciaran al monopolio político y convocaran a la formación de partidos políticos representativos de diversos pensamientos ciudadanos y a elecciones democráticas justas, observadas por veedores internacionales?
No. No lo creo. La transición que ya está en marcha en los comisarios comunistas es económica, la del buen vivir, la de los viajes, la de los egos. La política todavía no.
Permítaseme citar tan sólo dos de los 100 objetivos de trabajo de la Primera Conferencia del PCC, efectuada en La Habana, el 29 de enero de 2012. El objetivo No. 2 dice: “Introducir el principio de que los miembros de los comités del partido, en todos los niveles, deben presentar su renuncia, a esta condición cuando consideren que dejaron de existir las razones por las cuales fueron elegidos, sin que ello constituya un demérito o actitud reprochable. Si ello no ocurre, el organismo del partido correspondiente adoptará la decisión que considere conveniente”.
El objetivo No. 3 expresa: “Garantizar que en las reuniones ordinarias de los organismos y las organizaciones de base del partido se traten, con prioridad y sistematicidad, asuntos relacionados con la implementación y el cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, la ejecución del plan de la economía o el presupuesto asignado, y se enjuicie críticamente el papel que el propio partido desempeña en esa actividad”.
Bien. En cumplimiento de que “dejaron de existir las razones por las cuales fueron elegidos”, porque en Cuba peor no puede ser “la ejecución del plan de la economía”, Miguel Día-Canel, primer secretario del PCC, el Buró Político y el Comité Central, todos ellos, debían “deben presentar su renuncia, a esta condición”, conforme al objetivo de trabajo No. 2 de fecha 29 de enero de 2012, en lugar de anunciar que posponen para 2024 la Segunda Conferencia del PCC. Y ahora es útil otra pregunta: ¿Para qué una Segunda Conferencia del PCC, si en más de 11 años no han cumplido los objetivos de trabajo de la Primera Conferencia?
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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