Este fin de semana, Cuba entró en una crisis energética en la que seis de sus principales unidades termoeléctricas estarán fuera de servicio, incluyendo la central termoeléctrica Antonio Guiteras, el mayor bloque generador de la Isla.
A pesar de las promesas de las autoridades de que la central matancera estaría operativa en un día, los plazos no se han cumplido, y se espera que la planta demore una semana en reincorporarse al sistema electroenergético nacional.
Además de la Guiteras, se encuentran fuera de servicio las unidades uno y dos de la central termoeléctrica (CTE) Santa Cruz, la segunda unidad de la CTE Felton y las unidades cinco y seis de la CTE Rente.
Estas plantas, algunas con más de cuatro décadas de explotación, presentan averías significativas, exacerbadas por la falta de combustible, según el reporte diario de la Unión Eléctrica (UNE).
La situación energética del país es crítica. Este viernes, la UNE generó una capacidad eléctrica máxima de 2,292 megavatios (MW) frente a una demanda estimada de hasta 3,000 MW, lo que deja un déficit de 778 MW. Este escenario significa que más de una cuarta parte de la población cubana enfrentó apagones durante las horas pico.
El miércoles de la semana pasada, Cuba registró una de las mayores afectaciones en el servicio eléctrico en tres meses, con un 39% de la población afectada, aunque esta cifra todavía es menor al 45% reportado en febrero de este año.
Actualmente, los cortes de electricidad afectan a todas las provincias, con una duración que puede alcanzar hasta 10 horas diarias, distribuidas en dos bloques de cinco horas, lo que suma un total de 20 horas de apagones en algunas regiones del país.
La Habana, aunque menos afectada que otras provincias, no está exenta de estos cortes. En la capital, los apagones son “programados” por barrios, con una duración aproximada de ocho horas.
