Rusia donará 410,8 millones de rublos –unos cuatro millones de dólares– al Centro Regional de Entrenamiento de Salvamento y Bomberos Cubano-Ruso, ubicado en la capital de la Isla. La ayuda del país euroasiático fue anunciada por la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, este sábado, pocos días después del derrumbe de un edificio familiar en La Habana Vieja, en el que murieron dos bomberos y un civil.
Zajárova aseguró que Rusia facilitará maquinaria y equipamiento especial como “parte del compromiso de apoyo humanitario a La Habana”, aunque no precisó si estos artículos están incluidos en el monto o si serán comprados con el dinero enviado por Moscú. La donación, añadió, se hará a través de la Organización Internacional de Protección Civil.
En el Centro Regional se entrenan bomberos de varios países latinoamericanos y caribeños como Panamá, El Salvador, Venezuela, Antigua y Barbuda, Haití, Bolivia, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Jamaica, Nicaragua y Honduras. Es de especial interés para Rusia, explicó Zajárova, prevenir “situaciones de emergencia”, por lo que los bomberos son entrenados por especialistas de La Habana y Moscú.
La donación incluía vehículos de extinción por espuma, equipos de extinción en aeródromos, camiones cisterna, entre otros útiles
El pasado mayo Alexander Kurenkov, ministro de Emergencias de Rusia, anunció que enviaría a la Isla un suministro de equipos contra incendios tras reunirse en Moscú con Lázaro Álvarez Casas, ministro del Interior. La donación, prometida para 2023, incluía vehículos de extinción por espuma, equipos de extinción en aeródromos, camiones cisterna, entre otros útiles, destinados también al Centro.
No queda claro, sin embargo, si la ayuda anunciada por Zajárova forma parte del equipamiento prometido por el ministro ruso de Emergencias para este año, aunque todo parece indicar que, tras el derrumbe en La Habana, Moscú ha decidido apresurar la llegada de donativos.
El pasado enero, la Embajada de Estados Unidos en La Habana donó a la Escuela Nacional de Bomberos 100 módulos de protección contra incendios que incluían botas, guantes y cascos para “reabastecer” al cuerpo tras el desastre industrial en los Supertanqueros de Matanzas, ocurrido seis meses antes.
La extinción de ese siniestro, el más grave de la historia industrial cubana, demoró seis días, requirió de la colaboración técnica y de personal especializado de México y Venezuela, y dejó 17 fallecidos –entre ellos varios jóvenes que realizaban el Servicio Militar Obligatorio–, más de un centenar de heridos y millonarias pérdidas materiales.
En ese momento, el Gobierno de Washington, a través del Departamento de Estado, ofreció asesoría técnica para combatir el enorme fuego que afectó cuatro depósitos de crudo de 50.000 metros cúbicos, pero La Habana se quejó de que no brindaran “más ayuda”.
Según confirmaron fuentes estadounidenses a este diario, La Habana se negó de manera formal a solicitar la ayuda por los canales diplomáticos
Sin embargo, según confirmaron fuentes estadounidenses a este diario, La Habana se negó de manera formal a solicitar la ayuda por los canales diplomáticos debidos. También Guena Rod, editor del podcast 23yflagler.com, escribió entonces en Facebook: “Me dicen que EE UU ha estado y está preparado para enviar todo lo disponible para extinguir el fuego, pero que por las propias circunstancias y regulaciones, no pueden enviar algo que Cuba no haya pedido directamente y por los canales apropiados”.
Más allá del equipamiento, Rusia ha enviado a la Isla todo tipo de insumos, desde alimentos hasta medicinas, siempre a través de organizaciones internacionales. Este septiembre llegó a la capital una ayuda de 650 toneladas de aceite vegetal enviada por Moscú a través del Programa Mundial de Alimentos. El número se suma a las más de 22.000 toneladas de comida que ha entregado el país euroasiático al caribeño en los últimos cinco años.
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