Friday, September 27, 2024
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Rosalía Abreu y su finca de los monos en La Habana

AREQUIPA, Perú – Rosalía Abreu fue una figura controvertida de la clase adinerada en Cuba a finales del siglo XIX e inicios del XX. Era también una mujer hermosa, culta, refinada e inteligente. Destacó por su filantropía, generosidad y compromiso con diversas causas sociales.

Se reconocen entre los logros de Abreu la financiación y equipamiento de la escuela técnico industrial para mujeres en Boyeros, que aún lleva su nombre.

Asimismo, su residencia en París, conocida como Casa Cuba, funcionó como albergue para estudiantes cubanos en la Universidad de La Sorbona. Apoyaba numerosas causas sociales, financiando escuelas, hospitales y asilos para pobres.

Su amor por la patria era un rasgo igualmente notable de Rosalía. Tras la muerte en combate del mayor general Antonio Maceo, ella y su hermana Marta enviaron una generosa donación de 100.000 pesos a la Delegación del Partido Revolucionario Cubano en Nueva York para apoyar la causa libertaria de la Isla.

Más allá de todos estos hechos, la singular cubana es principalmente recordada por su amor por los animales, especialmente los monos. Esa razón hizo que su finca en Santa Catalina y Palatino, en el Cerro, fuera conocida popularmente como “La finca de los monos”, aunque su nombre oficial es “Las Delicias”.

En la finca, Abreu estableció un notable zoológico que se convirtió en el primero conocido en Cuba durante las primeras décadas del siglo XX. El lugar albergó una sorprendente variedad de animales, que incluían no solo monos, como orangutanes y chimpancés, sino también loros, papagayos, pavos reales, un oso pardo, un elefante, un tigre, entre otros.

Este espacio se convirtió en la reserva de monos más grande del mundo en aquel entonces, conteniendo más de 200 primates de 40 especies diferentes. Esta colección sirvió como base para importantes estudios antropológicos, siendo destacado el trabajo del profesor Robert Yerkes de la Universidad de Yale, quien en 1924 afirmó que “Las Delicias” había dado lugar al estudio antropológico más importante realizado hasta ese momento.

La influencia de “La Finca de los monos” trascendió incluso en el ámbito artístico, como lo demuestra el capítulo que la bailarina estadounidense Isadora Duncan dedicó a este lugar en sus memorias.

En la propiedad de Abreu, los monos que mostraban signos de inteligencia eran tratados casi como humanos. Vivían dentro de la casa, se les vestía y participaban en tareas domésticas como servir la mesa, abrir la puerta a invitados y lavar.

Rosalía Abreu entrenó a tres generaciones de simios en su finca, donde muchos de ellos parecían entender el lenguaje humano y respondían al cariño. En 1915, en “Las Delicias” se logró, a nivel mundial, el nacimiento del primer chimpancé en cautiverio, al cual llamaron Anumá y cuya vida terminó prematuramente.

Según cuenta Jorge Oller en su libro Cinco instantes en el paraíso de los monos (2014), un día el custodio de la finca regañó a Anumá y el mono, enfurecido, le arrancó de un mordisco dos dedos de la mano izquierda. Sacó el guardián su revólver para pedir ayuda con un disparo al aire, pero el primate lo atacó de nuevo y el hombre se defendió disparándole. La bala penetró en el cuerpo del mono, pero no afectó órgano vital alguno, y los veterinarios decidieron no extraer el proyectil en ese momento.

Dos años más tarde, una radiografía mostró que la bala se había desplazado hacia el corazón. Se impuso extraerla. El animal no resistió la anestesia.

Rosalía tenía una estrecha relación con los simios, especialmente con su mascota favorita, Jimmy, un chimpancé que la acompañaba en sus actividades diarias, incluso viajando en el asiento delantero del automóvil. Sin embargo, surgieron rumores y críticas, alimentados por la prensa sensacionalista, algunos llegaron incluso a sugerir relaciones inapropiadas con los simios, lo que contribuyó mucho a que el espacio fuera conocido como “La finca de los monos”.

Rosalía Abreu falleció el 3 de noviembre de 1930. Sus animales terminaron siendo cedidos a centros de investigación, universidades, zoológicos y circos norteamericanos.

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