MADRID, España.- Este 16 de septiembre se cumplen 27 años de la muerte del gran historiador del teatro cubano, Rine Leal.
En el artículo “Recordemos a Rine Leal en sus noventa”, el ensayista Roberto Pérez León, quien compartió con Rine Leal en sus últimos años en Caracas (Venezuela), cuenta sobre sus últimos meses: “En julio o agosto de 1996 sus dolencias eran muchas. Solo un grupo de alumnos se daba cuenta que aquel hombrecito casi enclenque, que había conquistado tantos frentes, se nos estaba muriendo de a poquito. En Caracas no sabían que Rine Leal era el hombre `que más sabía de teatro en el mundo, que era una catedral orgánica de saberes´, así decían sus alumnos”.
Rine Leal nació en La Habana el 15 de julio de 1930. Graduado en la Escuela profesional de Periodismo Manuel Márquez Sterling en 1952, durante esa década trabajó para numerosas publicaciones periódicas como Pueblo, Carteles e Información. En 1959 integró en sus inicios el buró de dirección de Lunes de Revolución; en los sesenta sería jefe de la sección Arte y Literatura en Bohemia, jefe de Información de la revista Cuba y jefe de redacción de Conjunto.
Fue miembro de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, director del Teatro Experimental Las Máscaras (1961-1963), profesor de Apreciación teatral en la Escuela de Instructores de Arte y de Historia del Teatro en la Brigada Teatro Covarrubias y en el Conjunto Dramático Nacional. Trabajó como investigador teatral para el Conjunto Nacional de Cultura. Viajó por países como Inglaterra, Austria, Estados Unidos, México y España. Al final de su vida en Venezuela, impartió clases en el Instituto Superior de Teatro Juana Suja.
Considerado sobre todo gran crítico, investigador e historiador del teatro cubano, dejó valiosos libros de imprescindible lectura para estudiosos y cultivadores de las artes escénicas, como Viaje a la crítica (1962), La selva oscura, el teatro cubano y sus orígenes, hasta 1968 (1975), y En primera persona (1967) —recopilación de sus mejores críticas teatrales durante los años cincuenta y sesenta, sobre el que el dramaturgo y director teatral Norge Espinosa apuntara que “(…) entre mis lecturas recurrentes sigue estando En primera persona”.
Aunque en 1990 el Instituto Superior de Arte le otorgó la categoría de Doctor Honoris Causa, y en 2004 la casa editora Tablas-Alarcos creó el Premio de Teatrología Rine Leal, su vida y obra cada vez son menos evocadas o estudiadas.