Peligrosidad del oficio, falta de condiciones laborales y bajos salarios, son las causas de la escasez progresiva de linieros en Cuba.
AREQUIPA, Perú – El régimen cubano envió este lunes una brigada de linieros a San Vicente y las Granadinaspara trabajar “en la restauración de las redes eléctricas afectadas por el Huracán Beryl”. Ello, mientras la situación eléctrica y de infraestructura en la Isla atraviesa una de sus peores momentos.
El embajador cubano en Kingstown, Carlos Rodríguez Etcheverry, compartió el arribo de los linieros en X (antes Twitter), detallando que la brigada cubana “brindará servicios como parte de una nueva etapa de la cooperación entre las dos naciones caribeñas”.
De acuerdo con la estatal Prensa Latina, los linieros trabajarán de conjunto con ingenieros de la Unión Eléctrica de Cuba (UNE), quienes llegaron recientemente a San Vicente y las Granadinas como parte de un acuerdo no detallado entre la compañía local de electricidad y la Empresa de Servicios de Ingeniería Eléctrica Cubana.
Al igual que sucede con la exportación de médicos, el régimen cubano envía profesionales de otros ramos (construcción, educación, ingeniería) a varios países, muchas veces en detrimento de las propias necesidades de la Isla.
Este año, pese a las promesas de las autoridades castristas de disminuir los apagones con una presunta estrategia de mantenimiento de termoeléctricas y servicios, la realidad ha probado ser otra.
Las centrales generadoras de Cuba presentan un alto grado de deterioro y obsolescencia. En adición, existen constantes averías, irregularidad en el suministro de combustible y la exportación de profesionales del sector no benefician a al panorama energético.
Por su parte, los linieros en Cuba son un sindicato que sufre de déficit progresivo de sus integrantes, entre otras causas, por la peligrosidad del oficio, la falta de condiciones laborales y los bajos salarios.
“Es un trabajo estresante y peligroso. Estamos siempre bajo presión”, dice Vicente, un liniero que así se identificó para hablar con CubaNet.
Según contó, el descanso lo considera un lujo. “Yo salgo de mi casa a las seis de la mañana y casi siempre regreso por la noche. Tengo cansancio acumulado y eso me perjudica”, señaló.
Su ocupación le impide dedicarle tiempo a la familia y a los compromisos hogareños. Por demás, los riesgos constantes a los que está expuesto no son recompensados económicamente.
“El salario básico y los pagos adicionales por peligrosidad, nocturnidad y horas extras no alcanzan para los gastos de la casa. Todo está muy caro y los precios siguen subiendo (…) Es un trabajo duro y mal pagado. Muchos se van y pocos entran. Hay plazas de linieros vacantes y los que estamos aquí asumimos toda la responsabilidad”, dice Vicente.
Los linieros eléctricos y los instaladores de postes eléctricos y telefónicos están entre las profesiones más difíciles y arriesgadas. Lidian con innumerables dificultades provocadas por la escasez de materiales y las piezas de repuesto. Están expuestos a un peligro con riesgo para la vida. Sin embargo, su salario no cubre las necesidades básicas. Esto ha provocado un déficit de mano de obra que complejiza aún más el desempeño de los que todavía trabajan en esta importante labor.
