CDMX, México. – El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba anunció el pasado 30 de agosto la candidatura del régimen para mantener su escaño en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el período 2023-2025.
Sin embargo, la dictadura viola una condición esencial del reglamento para integrar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU: “Para la elección de los miembros del Consejo, se tendrán en consideración los antecedentes del Estado en materia de derechos humanos, así como las promesas y compromisos voluntarios”.
Hace 15 años la dictadura se comprometió a ratificar los dos pactos fundamentales de derechos humanos de la ONU, sin embargo, no lo ha hecho para impedir que los derechos humanos universales sean parte integrante de su legislación interna y esté obligada a respetarlos.
Desde la propia creación del Consejo de Derechos Humanos en 2006, el régimen cubano ocupó un escaño en el ente multinacional (donde también se mantuvo en los períodos 2006-2009, 2009-2012, 2014-2016, 2016-2019, 2020-2023). La candidatura de 2023 sería la sexta para ocupar un puesto en el Consejo.
Nefasta acción de la dictadura cubana en el Consejo de Derechos Humanos
En la nota del MINREX sobre la postulación del régimen a la nueva candidatura, no se mencionan los derechos humanos: “De resultar electa, la mayor de las Antillas se compromete a abogar por el pleno respeto a los principios de universalidad, indivisibilidad, objetividad, no politización y no selectividad, así como promover el fortalecimiento de la cooperación internacional”.
Eliminado el término “derechos humanos”, la dictadura proclama el respeto a principios inasibles, violados por la dictadura en el Consejo de Derechos Humanos y en su legislación interna: no reconoce los derechos universales en sus leyes ni la indivisibilidad de estos. Mientras, defiende a otras dictaduras despóticas y condena o no a otros países de acuerdo a sus alianzas políticas espurias.
Las resoluciones sobre las graves violaciones de derechos humanos en países como Irán, China, Rusia, Etiopía, Bielorusia, Siria, Sudán, Corea del Norte, Myanmar, Venezuela, Burundi, Yemen, Nicaragua, Eritrea, entre otros, han sido obstruidas en el Consejo de Derechos Humanos por la dictadura cubana, para que no se utilicen los procedimientos de investigación, la intervención de relatorías especiales, y la condena a los gobiernos de estos países.
Además, la dictadura cubana ha votado en contra de ayudar de Ucrania y ha vetado resoluciones de condena a la política rusa. Incluso, cuando el Consejo ha propuesto condenar las violaciones de derechos humanos dentro del territorio ruso, la dictadura cubana ha votado en contra.
Según Freedom House, durante la candidatura del régimen cubano en el año 2020, 85 organizaciones de la sociedad civil cubana, regional y mundial declararon su preocupación, dado el historial nefasto de violaciones a los derechos humanos en la Isla. Asimismo, Freedom House señaló que hasta el 2020, la dictadura cubana había aprobado solo 66 resoluciones de condena de las 205 promovidas por el Consejo contra las violaciones de derechos humanos en los diferentes países del mundo.
El periodista Andrés Oppenheimer pregunta y responde: “¿Por qué muchas democracias del mundo votan por una dictadura decrépita como la de Cuba para un puesto en el Consejo? Muy simple: Cuba invierte mucho en diplomacia pública e intercambia votos en varias comisiones de la ONU. El régimen cubano moviliza a sus aliados en América Latina, África y Medio Oriente para ayudar a otros países a ganar escaños en las comisiones económicas o comerciales de la ONU a cambio de los votos de esos países para que Cuba sea miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU”.
Es decir, los recursos que la dictadura no invierte en educación, salud, producción de alimentos e infraestructura los desvía sin consulta para hacer diplomacia internacional a su favor, otra evidencia de su naturaleza dictatorial.
Según la nota del MINREX, el 10 de octubre próximo se hará la votación para integrar el Consejo del 2023-2025, en Nueva York. ¿Qué hacer frente a esta escandalosa postura de la dictadura cubana?
CADAL, organización regional de derechos humanos, propone: “Señalar, avergonzar y desmoralizar a la dictadura. Esto implica, por un lado, un mensaje de solidaridad al pueblo cubano que aspira a la libertad y muy especialmente a quienes se encuentran injustamente en prisión. Y, por otro lado, desmoralizar a quienes representan y cumplen órdenes del Gobierno no democrático de Cuba. Una cuestión que ningún país democrático debería pasar por alto en el próximo EPU de Cuba es la condena enérgica al discurso de Miguel Díaz-Canel llamando a reprimir las protestas masivas y pacíficas que se iniciaron el 11 de julio de 2021, señalando ‘la orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios’”.
Esta es la misma estrategia que debemos seguir los defensores de derechos humanos ante las próximas votaciones del 10 de octubre en Nueva York.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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