MIAMI, Estados Unidos. – La Central de Trabajadores de Cuba (CTC) anunció el pasado sábado la creación del primer buró sindical dedicado a los nuevos actores económicos del país. La medida, según autoridades del régimen, busca organizar y representar a los trabajadores de sectores emergentes como el comercio, la gastronomía y los servicios, con el fin de mantener la relevancia de la CTC en un escenario de crisis.
El buró fue establecido en La Habana y presentado por el periódico oficial Trabajadores como “un paso de singular importancia en el quehacer actual del movimiento obrero cubano”. Sin embargo, críticos consideran que esta iniciativa es un esfuerzo por adaptar la organización sindical a las nuevas dinámicas no estatales, donde el sector privado ha cobrado fuerza.
Isdalis Rodríguez, segunda secretaria de la CTC a nivel nacional, subrayó la importancia de organizar “secciones sindicales en las diferentes áreas de comercialización y en las propias micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes)“. Según Rodríguez, la principal misión de este nuevo buró será “representar y organizar a todos sus trabajadores, que es la principal función del sindicato en Cuba”.
La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velásquez, ofreció cifras que reflejan la magnitud del sector no estatal: más de 340.000 cubanos trabajan en este ámbito, con alrededor de 250.000 dedicados al trabajo por cuenta propia y más de 6.000 mipymes involucradas en actividades comerciales. Este número de trabajadores supera al de los empleados estatales, que suman unos 190.000 en este sector.
A pesar de que la creación del buró sindical fue anunciada como una respuesta a las demandas de los trabajadores por cuenta propia y de las mipymes, la medida también ha sido vista como parte de una estrategia gubernamental para mantener el control sobre el creciente sector privado. Leovanis Ávila Góngora, miembro del Secretariado Nacional de la CTC, explicó que la nueva estructura “deberá defender políticas del sector ante las direcciones empresariales, ministeriales, de gobierno”.
Esta no es la primera vez que el régimen intenta integrar al sector privado en sus estructuras políticas. Recientemente, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel pidió a los comunistas en Sancti Spíritus que aceleraran la captación de trabajadores de las mipymes privadas para integrarlos al Partido Comunista de Cuba. “Tenemos que ser capaces de crear en ellas también estructuras de base, tanto del Partido como de la UJC”, afirmó Díaz-Canel.
Sin embargo, el mismo gobernante ya había señalado que las mipymes habían contribuido al “caos en la economía cubana”, generando inflación y aumentando la desigualdad.
Por su parte, Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la CTC, reconoció en marzo la incapacidad del sindicato para solucionar todos los problemas de los trabajadores. No obstante, expresó que si los trabajadores ven a sus representantes abordando sus preocupaciones, volverán a confiar en el sindicato. “Si la gente nos ve debatiendo los asuntos que constituyen sus preocupaciones… la gente creerá en la labor y la utilidad de su sindicato”, aseguró Guilarte.
