MADRID, España.- Durante los últimos días, el régimen cubano ha anunciado una serie de medidas destinadas, según sus declaraciones, a dinamizar la economía de la Isla. Uno de los aspectos más criticados de las medidas es el aumento en los precios de servicios como combustible, electricidad, agua y la eliminación del subsidio a la canasta básica de alimentos.
Estas decisiones, presentadas durante sesión ordinaria de la Asamblea Nacional, fueron comentadas este miércoles en el programa Mesa Redonda por el Ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández.
Ante “versiones de que las medidas tienen un carácter neoliberal”, Gil Fernández dijo “que todas estas decisiones parten de un amplio proceso de consulta y análisis dentro de las instituciones gubernamentales, con la participación de académicos, la militancia del Partido, y con los análisis realizados sobre la opinión del pueblo”. Esto último en total contraste con las quejas de la población desde que se anunciaran las medidas.
Según el funcionario, las decisiones son una respuesta a un “escenario de economía de guerra” y están encaminadas a “corregir las distorsiones principales de la economía cubana”.
Una de las “distorsiones” señaladas por el Gobierno es la referente a la canasta familiar normada. Al respecto Alejandro Gil apuntó que hay una opinión en la población de que “se mantienen los subsidios a todas las personas por igual; sin embargo, no todos tienen la misma capacidad adquisitiva”.
“Eso es algo que tenemos que revisar, porque esa pretensión de mantener el aseguramiento de productos a precios muy subsidiados en la actualidad no es una distribución muy equitativa. Sobre todo, por el altísimo costo que tiene para el país mantener la canasta familiar normada, cuya importación cuesta más de mil seiscientos millones de dólares, setecientos millones más que en 2019, por el incremento de los precios” en el mercado internacional.
Luego cuestionó “hasta qué punto es factible mantener un nivel de asignación en la entrega de productos con los mismos precios subsidiados a los mismos precios de la población, cuando no todos están en la misma situación de solvencia económica”.
El análisis de las distorsiones también incluyó el caso del combustible y la electricidad. El combustible es “un asunto que debemos revisar también, porque tiene que ver con la escasez de combustibles que enfrenta el país y lo que le cuesta mantener un nivel de oferta que, evidentemente, no puede venderse subsidiado”, dijo.
Mientras que sobre la electricidad apuntó que “está subsidiada la tarifa de electricidad, no solo para los bajos consumidores, sino también para quienes tienen consumos más elevados”.
Más allá de la retórica oficialista del régimen, estas medidas impactarán directamente en la población. El aumento en el precio de cigarros y tabacos, la tarifa del agua, de la electricidad, las nuevas tarifas para el transporte de pasajeros y el incremento en el precio minorista del gas licuado afectarán, aún más, a los ciudadanos en su ya depauperada vida cotidiana.
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