Los presos políticos cubanos siguen sometidos a maltratos y condiciones de vida extremas en las cárceles de la isla, denunciaron a Martí Noticias las víctimas, sus familiares y activistas de derechos humanos.
Virgilio Mantilla Arango, Líder de la Unidad Camagüeyana por los Derechos Humanos, recluido en el penal de Kilo 7, en la capital agramontina, donde cumple tres años y tres meses de condena por el presunto delito de daños a la propiedad, está en precarias condiciones de salud y sin medicamentos, entre otros problemas, denunció el preso político en comunicación telefónica desde el penal con el activista Jiordan Marrero Huerta.
“Aquí estamos en una total carencia de medicamentos para los dolores, para la digestión, antibióticos; yo los necesito también por las dolencias que tengo de las hernias discales, la artrosis, la separación de las vértebras, los mareos que me da la cervical”, dijo Mantilla Arango.
Recientemente, él opositor fue sacado del destacamento y llevado ante oficiales del Ministerio del Interior (MININT), quienes le impusieron una carta de advertencia, además de ser amenazado con ser llevado a celda de castigo, sí continuaba denunciando las precarias condiciones y las violaciones que allí ocurren.
Mantilla Arango, quien ya ha cumplido tres condenas por razones políticas, todas, asegura, encubiertas con delitos comunes y en turbios procesos judiciales, también continúa reclamando asistencia médica especializada por las dolencias que sufre a causa de hernias discales.
Además, el opositor también ha llamado la atención sobre la manipulación de los presos comunes de alta peligrosidad por parte de la guarnición, quienes los estimulan para que tengan problemas con presos políticos y de conciencia.
Tania Echevarría, que cumple seis años de privación de libertad por los presuntos delitos de desacato y desórdenes públicos durante las manifestaciones antigubernamentales del 11 de julio de 2021, está en delicado estado de salud en la cárcel La Bellotex, en la ciudad de Matanzas, y sin medicamentos, advierte la activista Annia Zamora Carmenate, que la vio el miércoles.
“Tania está sin medicamentos, ni para el azúcar, ni para la presión. Estamos buscando, pidiendo, comprando, pero no encontramos nada, no hay nada, y en la prisión ellos tampoco tienen nada que darles. Hay una frialdad tremenda, el agua… todo lo que sabemos que estan enfrentado allí”, destacó Zamora Carmenate, madre de Sissi Abascal, que junto Saylí Navarro, y Echevarría permanece en en la prisión de mujeres, las tres condenadas por el 11J.
Echevarría es una de las cuatro mujeres miembros de la organización Damas de Blanco, ganadoras en 2005 del Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia que otorga el Parlamento Europeo, que se encuentran cumpliendo largas condenas en las cárceles de Cuba.
Marrero Huerta, desde Camagüey, llamó también la atención sobre lo que está ocurriendo con el preso político y activista miembro de la organización opositora Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Reinier Calderín Socarrás, en la cárcel de máxima seguridad de Kilo 8, ubicada en la ciudad de Camagüey
“El prisionero político ha expresado que los alimentos elaborados en ese centro penitenciario en muchas ocasiones están en estado de descomposición, que los internos no se lo pueden comer”, dijo el activista.
Calderín Socarrás, quien cumple tres años de sentencia por los delitos de atentado y desobediencia, ha sufrido restricciones en las llamadas telefónicas, así como amenazas, hostigamiento y agresiones de reos comunes. En cinco ocasiones desde que fue encarcelado ha sido conducido a celdas de castigo. Ahora enfrenta amenazas de oficiales de la prisión de ser enviado de regreso al aislamiento por tiempo indefinido, sí continúa denunciando los abusos que los militares comenten contra los presos políticos en ese centro penitenciario.
En el penal de Boniato, en Santiago de Cuba, sigue en pésimas condiciones Jorge Luis García García, sentenciado a 13 años de condena por su participación el 11J en el poblado de Palma Soriano, informó su hermano Daniel García, que lo visitó la pasada semana.
“Muy mala alimentación, harina por la mañana, harina al mediodía y harina en la noche, como si fueran animales de corrales, y no le han dado ni abrigos, ni nada con que taparse para el frío. El jabón que le dan es insuficiente y, lo más triste y doloroso, es el problema ese que tiene él en el cuello de un linfoma, producto a los golpes que le dieron. Todavía no le han dado solución a eso”, expresó el hermano del preso político.
García García, de 47 años de edad y cocinero de profesión, fue detenido dos días después de la manifestación, golpeado durante el arresto por miembros de las brigadas especiales de la policía, provocándole lesiones en la zona del cuello y el tórax. Tiene los ganglios de esa zona inflamados y creciendo, y ni una biopsia le han practicado durante todo el tiempo de encierro para determinar si son cancerosos, porque, según el reeducador, no hay recursos médicos en el penal. Tampoco lo han llevado a un hospital.