Tuesday, September 24, 2024
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Recluso trasladado por simpatizar con manifestantes del 11J contrae tuberculosis en prisión 

LA HABANA, Cuba. – El prisionero Arturo Acosta Ramos habría contraído tuberculosis en la Prisión Provincial de Guantánamo, según él mismo denunció vía telefónica el pasado 18 de abril desde ese centro penitenciario de máximo rigor.

Acosta Ramos fue trasladado hacia esa instalación carcelaria el 20 de julio del año 2022 como represalia por colaborar con manifestantes del 11J en la prisión Combinado del Este, también de máximo rigor, donde se encontraba cautivo en ese momento. 

Acosta Ramos puntualizó que en ese centro penitenciario lo tuvieron encerrado durante “algún tiempo” junto con un reo que padecía de tuberculosis en estado avanzado. El prisionero especificó que el día 20 de marzo fue aislado, pero sin haberle hecho un test para comprobar si se había contagiado. Algunos días después, según agregó, le practicaron el test de Mantoux (también llamado tuberculina), cuyo resultado dio “alterado”, según le anunció la jefa de puesto médico, Dra. Nieves Matos Rodríguez. 

Llamada de Arturo Acosta Ramos – 18 de abril de 2024

Acosta Ramos hizo énfasis en que no había recibido tratamiento médico “de ninguna clase”, solo seguía aislado en un cubículo sin agua, electricidad, cama ni colchón. Según subrayó, el médico que debe atenderlo se limita a preguntarle su nombre cuando recorre el pasillo. 

El prisionero indicó además que en el cubículo contiguo al suyo hay otros ocho reos con tuberculosis. Asimismo, reveló que en esos recintos hay filtraciones en los techos y muy mal olor, además de que están infestados de ratones y mosquitos y en general carecen de las condiciones mínimas. 

Lo anterior fue corroborado por el recluso Leiber Mesa Beltrán en llamada telefónica efectuada el 29 de abril. Mesa Beltrán cumple una condena de cuatro años de privación de libertad por el delito de atentado, es uno de los pacientes aislados en esos cubículos y también se encuentra aquejado de varicela, según afirmó. El interno se refirió además a las condiciones de cautiverio, que calificó de “muy malas”, y puntualizó que cuando los prisioneros reclaman asistencia médica los guardias, en lugar de llevarlos a la Enfermería, los amenazan.

Llamada de Leiber Mesa Beltrán – 29 de abril de 2024

Por su parte, Acosta Ramos destacó que ante lo desesperado de su situación le envió una carta al teniente coronel Marcelino Bueno Taveras, quien hasta hace poco era el jefe de la prisión, en la cual reclamaba atención médica, y otra al teniente coronel Georvis Cajigal Cantillo, director de Cárceles y Prisiones de Guantánamo, pero ninguno de los dos funcionarios ha reaccionado. 

De acuerdo con el recluso, el mismo reclamo se lo ha expresado a una serie de oficiales de diferente rango que han recorrido o visitado el área, pero el resultado ha sido igualmente nulo. 

Según expresa el “Protocolo de atención de tuberculosis en centros de privación de libertad” de la Organización Panamericana de la Salud, una situación de “particular riesgo” para contraer dicha enfermedad “es el ámbito de la celda y otros espacios cerrados del sistema penitenciario”. 

En este sentido, en su informe mensual correspondiente a marzo de 2024, el Centro de Derechos Humanos de Cuba, organización asentada en La Habana y presidida por Martha Beatriz Roque Cabello, llamó la atención sobre varias epidemias de tuberculosis en al menos cinco prisiones cubanas, entre ellas el Combinado de Guantánamo. 

Entre la población penal de la Isla otros brotes de tuberculosis han sido reportados en más de una ocasión tanto por medios independientes como por organizaciones de derechos humanos. En las prisiones cubanas los reclusos están hacinados y mal alimentados (tanto que acusan diferentes grados de desnutrición), condiciones que, combinadas con el intenso frío y la humedad de las celdas y la falta de agua potable tanto para beber como para la higiene personal, inciden de manera determinante en la propagación de esta y otras enfermedades respiratorias, muchas de ellas curables, pero que al no recibir tratamiento médico durante el cautiverio se convierten en crónicas e incluso fatales. 

Acerca de este caso particular, el abogado Alain Espinosa, de Cubalex, aclaró que “la ley de ejecución penal cubana, si bien es bastante escueta, establece que las personas que extinguen sanción en condiciones de internamiento tienen derecho a recibir alimentación, asistencia médica y vestuario”.

“Esto además se complementa con lo establecido en las Reglas Mandela”, continuó el jurista, “que son un poco más específicas y establecen el derecho a recibir ropa personal y de cama limpia, suficiente y apropiada para el clima, así como el derecho a gozar de una atención sanitaria con los mismos estándares disponibles para la comunidad exterior”. 

“Además, se establece que los locales de alojamiento de los reclusos, y en especial los dormitorios, deben contar con todas las normas de higiene, en especial respecto a condiciones climáticas, volumen del aire, ventilación e iluminación”, concluyó.

Arturo Acosta Ramos se encuentra preso desde el 24 de diciembre de 1992. Fue condenado inicialmente a 10 años de cárcel por el delito de robo con fuerza, y posteriormente recibió otras dos condenas por participar en sendos motines en la prisión conocida como “Pre de Santa Clara” y en el Combinado del Este.

En otra llamada telefónica del 22 de mayo Acosta Ramos refirió que después de varias semanas aislado le habían practicado la prueba del esputo, cuyo resultado fue positivo para tuberculosis. No obstante, reiteró, continúan sin brindarle tratamiento médico.

Llamada de Arturo Acosta Ramos – 22 de mayo de 2024

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