LA HABANA, Cuba. – Varias vecinas del edificio sito en el número 3103 de la avenida 31, en Playa, La Habana, llevan alrededor de seis meses recibiendo agua potable contaminada con petróleo, según denunciaron en entrevista con CubaNet.
En el inmueble residen alrededor de 36 familias en las que hay niños, personas con discapacidad visual y ancianos.
“El agua contaminada con petróleo viene por las tuberías y eso lo conoce el delegado de la empresa Aguas de La Habana, el gobierno [municipal de Playa], el presidente del consejo popular y la Dirección Municipal de la Vivienda. Sin embargo, todas esas instituciones dijeron que no era su problema”, denunció Antonia Céspedes Fonseca, quien es la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR) del edificio.
De acuerdo con la entrevistada, todo comenzó a mediados de agosto de 2024, cuando los vecinos descubrieron que la cisterna del edificio estaba totalmente contaminada con petróleo.
Según recuerda Céspedes Fonseca, hasta allí llegaron todas las autoridades del municipio, incluida la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), que fue a investigar si se trataba de un “acto de sabotaje”.
Sin embargo, según destaca la mujer, “lo más irónico” del descubrimiento fue que tras descartar que se trataba de un acto de sabotaje todas las autoridades se desentendieron del asunto.
“Todos venían a mirar y ya; eso fue lo único que hicieron. Por eso publiqué en las redes un video que hice el día en que fregamos la cisterna. Los vecinos les hicimos un llamado a las autoridades, pero nada. Vino Higiene y Epidemiología e hizo varias pruebas y ya; dijeron que el agua no se podía utilizar y hasta el sol de hoy”, lamentó.
Por su parte, Rosa María Cedeño Algudín agregó que, al inicio, tras comprobar la contaminación de la cisterna las autoridades estuvieron enviándoles pipas para abastecer de agua potable a los residentes en el edificio. No obstante, el servicio, que no se mantiene, era “inestable”, apuntó la entrevistada.
“Las mandaban una vez al día; una pipa pequeña para 36 apartamentos. La mandaban a cualquier hora, muchas veces a las 11:00 o 12:00 de la noche; y el día entero los vecinos esperando abajo a que llegara porque no había ni una gota de agua”, lamentó Cedeño Algudín.
Además, agregó que actualmente deben recorrer largos tramos para cargar agua potable en otros barrios.
“Nadie se ha preocupado por nosotros y estamos totalmente desesperados. Por eso pido a las autoridades que puedan ver esta publicación que por favor nos ayuden”, dijo la mujer.
De acuerdo con Juana María Hernández Pérez, otra residente del inmueble, esta no es la única situación que aqueja a los vecinos del edificio. Según plantearon a CubaNet, también presentan una compleja situación con el combustible para cocinar los alimentos pues los apartamentos donde residen les fueron entregados sin las instalaciones del gas manufacturado o “gas de la calle”, como se conoce popularmente.
“Somos muy pocos los que tenemos contrato para el gas licuado en este edificio y lo tenemos porque traemos los contratos de los otros lugares donde vivíamos. Por desgracia, hay que ir a buscarlo a 19 y 78, que la distancia es bien larga a pesar de que hay puntos más cerca. Otros cocinan con electricidad y cuando la quitan no pueden cocinar”, lamentó Hernández Pérez.