AREQUIPA, Perú – Donde antaño se escuchaban risas y algarabía, ahora solo resta un silencio casi sepulcral. Era el Parque Lenin el sitio por excelencia donde solían recrearse los cubanos y, actualmente, apenas un cementerio de máquinas y moho.
La principal atracción del área era su parque de diversiones, donde siempre era costumbre que alguna de sus instalaciones (o varias) estuvieran fuera de funcionamiento. Con el paso de los años, la situación fue empeorando, hasta el punto que hoy absolutamente todas acumulan polvo.
El parque permanece cerrado y la seguridad del lugar se encarga de ahuyentar a cualquier persona que se acerque. Tampoco está permitido hacer fotos. Según los custodios son imágenes que pueden utilizarse “para desacreditar al país”. Así de deprimente es el panorama tras las rejas.
Ubicado en el suroeste de La Habana, el Parque Lenin contempla no solo la zona de atracciones mecánicas dormidas, sino también unas 760 hectáreas verdes que antiguamente servían para el sano esparcimiento y estar en contacto con la naturaleza.
Con su estrella giratoria, deslizador acuático, carros locos, sillas voladoras y montaña rusa, el difunto parque de diversiones era sin dudas el espacio más popular dentro del Lenin.
El cierre de las atracciones mecánicas del Parque Lenin fue antecedido por la decadencia de otras de sus instalaciones aledañas como el complejo de piscinas, el anfiteatro natural junto al lago, o los restaurantes, todas víctimas de la desidia de las autoridades del régimen cubano.
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