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Cuba y la Unión Económica Euroasiática buscan consolidar una cooperación mutuamente ventajosa que potencie la expansión del comercio, las producciones conjuntas y las inversiones, avalaron en fecha reciente altos dignatarios, reunidos en esta capital.
Por María Julia Mayoral
Redacción de Economía
“Espero que podamos seguir desarrollando nuestras relaciones de una manera muy coherente”, expresó el presidente Miguel Díaz-Canel, al recibir al ministro de Integración y Macroeconomía de la Comisión Económica Euroasiática (CEE), Serguei Glaziev.
El funcionario viajó a La Habana por la celebración aquí el pasado 15 de enero de la III Reunión de la Comisión Conjunta para la colaboración entre la CEE y la nación caribeña, cuya sesión precedente tuvo lugar a fines de 2021.
Al decir de Díaz-Canel, el encuentro fue muy exitoso, porque “es una prioridad seguir avanzando, ampliando y consolidando las relaciones con la Unión Económica Euroasiática”, a partir de los planes existentes y el incremento de los vínculos con todos los integrantes del bloque.
Por su parte, Glaziev agradeció el apoyo de Cuba, un país estratégico y fiel, con el que la Comisión coincide en la mayoría de las posiciones tanto en lo económico como en lo político.
Bajo la conducción del viceprimer ministro cubano y titular del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Ricardo Cabrisas, y de Glaziev, el foro de 2024 apreció el diálogo entre los expertos de ambas partes, sobre la base del Memorando de Entendimiento firmado en mayo de 2018 y el Plan Conjunto de Colaboración para el período 2021-2025.
El plan, rubricado en diciembre de 2021, contempló más de una treintena de acciones en áreas como la industria farmacéutica, la biotecnología, el turismo, la rama agroalimentaria, la energía, los enlazamientos empresariales e interbancarios.
Entre los hitos que marcan el avance de las relaciones, Cabrisas mencionó la participación de representantes de la CEE en las ediciones de la Feria Internacional de La Habana, así como las visitas de delegaciones oficiales de la Unión Económica Euroasiática a la Zona Especial de Desarrollo Mariel, “con la visión de poder construir en sus predios un parque industrial”.
Asimismo, apreció las misiones de trabajo de organismos e instituciones cubanas a Rusia y la República de Belarús, a fin de identificar nuevas oportunidades de colaboración conjunta.
“Definitivamente, expresó, nos asiste la voluntad compartida de impulsar los nexos entre nuestros países, en correspondencia con los respectivos planes de desarrollo y directrices estratégicas”.
No obstante, el trabajo realizado es insuficiente “y no estamos conformes con ello. Podemos hacer mucho más en función del desarrollo de nuestros pueblos y es responsabilidad de ambas partes transformar las maneras de hacer que hasta hoy nos han asistido”, consideró.
PRIORIDADES CONFIRMADAS
El reciente encuentro en La Habana avaló la voluntad de convertir los compromisos en proyectos conjuntos rentables y sostenibles en diversas áreas, entre ellas, la industria, la biotecnología, la producción de alimentos, la energía, el transporte y la logística.
En tal sentido, Cabrisas ratificó la intención de “involucrarnos de forma más proactiva y efectiva en los acontecimientos y eventos de la Unión Económica Euroasiática” e invitó a la contraparte “a hacer lo mismo en Cuba”.
El nuevo mecanismo supranacional de asistencia financiera a la cooperación industrial en la Unión constituye “una gran oportunidad” para los Estados Observadores, estatus que ostenta la isla desde diciembre de 2020, puntualizó.
Ello, argumentó, “debe permitirnos impulsar proyectos conjuntos de impacto para la transformación económico-productiva a la que aspiramos”.
De forma global, la propuesta es concentrar los esfuerzos en aquellos emprendimientos de interés mutuo y con perspectivas reales de crecimiento, rentabilidad y sostenibilidad, que tributen a las exportaciones, la transformación productiva y la innovación tecnológica.
En concreto, Cabrisas solicitó valorar un proyecto de producción de medicamentos y desarrollo biotecnológico en la región euroasiática; iniciativas vinculadas a la agroindustria azucarera con dimensiones y montos flexibles de acuerdo a los intereses de los inversionistas, y un emprendimiento relativo a la transformación del complejo cárnico y lácteo en suelo cubano.
La posibilidad de concretar acuerdos para el suministro de medicamentos, la inserción en Centros de I+D (Investigación + Desarrollo) y parques tecnológicos, así como la posible conformación de empresas mixtas en parques industriales para el desarrollo, la producción y comercialización de medicamentos a lo interno de la Unión Económica Euroasiática, son asuntos de particular interés para Cuba, ratificaron las autoridades de la isla.
Igualmente, resulta esencial el estímulo de las relaciones interbancarias, entre las entidades centrales de ambas partes y las respectivas bancas comerciales. Similar valor tienen los lazos del Banco Central de Cuba y el Banco de Desarrollo Euroasiático, agregó la fuente.
“No se trata de improvisar, aclaró Cabrisas, sino de proyectarnos y soñar con los pies sobre la tierra, es decir, hacer lo que podamos en el presente sin dejar de pensar en el futuro”.
Para Cuba resultan alentadoras las perspectivas de ampliar la cooperación económica y comercial de la Unión con terceros países, los enfoques para un mayor diálogo con las estructuras interestatales y de integración, incluidos los Brics, la Organización de Cooperación de Shanghái y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
“Son pasos prometedores para la interacción con y desde los Estados Observadores, estimó el primer ministro cubano, Manuel Marrero, en la reunión del Consejo Intergubernamental Euroasiático, celebrado en Biskek, República Kirguisa, en octubre de 2023.
Esta nación caribeña, opinó, “tiene mucho que aportar en cuestiones de importancia como el desarrollo sostenible, el uso eficiente de los recursos, el desarrollo del sector de la salud, la biotecnología, la cooperación internacional y la inversión extranjera”.
A juicio del Ejecutivo cubano, el escenario global resulta cada vez más desafiante, bajo el efecto de múltiples crisis, agudizadas o generadas por la pandemia de la Covid-19 y, en algunos casos, además, por la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, dictadas por gobiernos injerencistas con economías poderosas.
En el caso particular del país, la crisis “se ve agravada por el recrudecimiento, de manera deliberada y oportunista, del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto hace más de 60 años por el Gobierno de Estados Unidos”, recordó Díaz-Canel en una sesión del Consejo Supremo Económico Euroasiático, realizada en octubre de 2021. Bajo tales condiciones, subrayó, “la cooperación, la solidaridad y la integración, que deberían ser las formas naturales de relación entre las naciones, se tornan imprescindibles, urgentes y prácticamente como únicos garantes del desarrollo sostenible de las economías de nuestros países”.
En relación con el tema, valoró que el grupo BioCubaFarma recibió el registro correspondiente de la Unión Económica Euroasiática para la comercialización de productos cubanos de probada eficacia y calidad, como el Heberprot-P, el Hebermin y el Ingrediente Farmacéutico Activo de las vacunas contra Haemophilusinfluenzae tipo B y hepatitis B en Rusia; el Nimotuzumab y el CIMAVAX-EFG en Kazajistán; y el Epocim, Leukocim y Heberprot-P en la República de Belarús.
Estos primeros pasos “nos llenan de confianza en la posibilidad de concretar nuevas alianzas estratégicas que, con el apoyo de la Unión, nos permitan introducir nuestros productos sobre la base de modelos de negocios beneficiosos para ambas partes”, manifestó.
La Unión Económica Euroasiática está compuesta por Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Rusia, e incluye en calidad de Estados Observadores a Cuba, Moldavia y Uzbekistán.
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