El preso político Ángel Cuza, condenado recientemente a un año y medio de cárcel, se encuentra bajo condiciones inhumanas en la prisión Combinado del Este, en La Habana.
Cuza está recluido en una celda con tres personas y no ha sido trasladado a un cubículo con el resto de los presos. Además, tiene todo su cuerpo lleno de picaduras de chinches, pues el penal está infectado, aseguró su esposa, Reina Dais, a CubaNet.
Desde que fue apresado no ha tenido derecho a llamadas telefónicas ni a salir al patio, una violación de sus derechos humanos como persona privada de libertad.
Cuza, de 41 años, fue condenado el pasado 6 de noviembre, acusado de “desórdenes públicos”.
El juicio se realizó en el Tribunal Municipal Popular de Centro Habana y estuvo plagado de irregularidades, según reportes independendientes. Varios coacusados carecían de representación legal adecuada.
Según contó a ADN Cuba el opositor Pedro Quiala, los disidentes Lázaro Rolando Kessel Barrueto y Yasser Rivero Bonni también fueron enjuiciados y condenados con la misma pena.
Los cargos contra Cuza y otros dos activistas se remontan a un incidente ocurrido en diciembre pasado, cuando reclamaron en una cola para comprar pollo y fueron detenidos, acusados de “alterar el orden”.
Cuza es conocido por su participación en la protesta pacífica que tuvo lugar en la calle Obispo, en La Habana, el 30 de abril de 2021, lo que resultó en su encarcelamiento durante casi un año.
Tras su liberación ha sido acosado y detenido en varias ocasiones por la policía política.
La condena de los activistas ocurrió a escasos días de que el régimen se someta al Examen Periódico Universal (EPU) en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, este 15 de noviembre.