Wednesday, November 27, 2024
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Por el asalto al Capitolio, condenan a 22 años a Enrique Tarrio, de origen cubano y líder de los Proud Boys

(EFE).- El cabecilla de la organización ultraderechista Proud Boys, Enrique Tarrio, de origen cubano, fue condenado este martes por la corte federal del Distrito de Columbia a 22 años de prisión por ser el “líder último de la conspiración” que acabó con el asalto al Capitolio estadounidense del 6 de enero de 2021.

La sentencia al líder del grupo de fanáticos del ex presidente Donald Trump (2017-2021), que sus abogados prevén apelar, es la más alta de todas las que se han pronunciado contra los líderes del grupo nacionalista, quienes fueron declarados culpables de sedición el pasado mayo tras un juicio que duró cuatro meses.

La Fiscalía estadounidense pedía 33 años de cárcel para Tarrio, de 39 años, por considerar que fue el cabecilla de un complot para romper el centro de la democracia estadounidense al dirigir las actividades violentas contra el Congreso el día en el que se tenía que ratificar la victoria de Joe Biden.

Su condena, la más alta de todas, responde a la gravedad de las acciones que se le atribuyen a Tarrio y a otros miembros, quienes embistieron al Capitolio con una fuerza “calculada” para “deshacer los resultados de una elección democrática” y mantener a Trump en el poder, según la Fiscalía.

“Los soldados de la derecha intentaron mantener a su líder en el poder. Fracasaron. No son héroes, son criminales”, escribieron los abogados de la Fiscalía

“Los soldados de la derecha intentaron mantener a su líder en el poder. Fracasaron. No son héroes, son criminales”, escribieron los abogados de la Fiscalía en un escrito interpuesto ante la corte en agosto. 

“Si no tenemos una transición pacífica del poder, no tenemos nada”, afirmó este martes la Fiscalía en la audiencia en la que se leyó la sentencia y en la que participó Tarrio, vestido con su mono naranja de presidiario.

El juez Timothy Kelly tuvo clara su participación directa como “líder último de la conspiración”, unos hechos que supusieron daños a la propiedad, a personas y también a la esencia de Estados Unidos, a la “invaluable” tradición del traspaso de poderes, afirmó este martes.

Antes de escuchar su condena y después de que varios de sus familiares intervinieran pidiendo clemencia al juez, Tarrio también habló para expresar lo arrepentido que estaba por lo sucedido y pedir perdón.

“Los eventos del 6 de enero son algo que nunca debería ser celebrado” ya que “fueron una vergüenza nacional”, dijo con la voz entrecortada.

En su intervención añadió que el 3 de noviembre de 2020 su candidato (Trump) perdió las elecciones, una visión totalmente opuesta a lo que pensaban los manifestantes ese día, quienes adoptaron la falacia del fraude electoral, algo que el propio Trump sigue defendiendo.

Tarrio, nacido en Miami de padres cubanos, no se encontraba en Washington cuando la turba asaltó el Capitolio, sino en un hotel de Baltimore, a unos 70 kilómetros del escenario.

Dos días antes había sido arrestado al llegar a Washington desde Miami debido a otro controvertido episodio: la quema de una bandera con el lema “Black Lives Matter”

Dos días antes había sido arrestado al llegar a Washington desde Miami debido a otro controvertido episodio: la quema de una bandera con el lema “Black Lives Matter” (Las vidas negras importan) en una histórica iglesia de la comunidad afroamericana en la capital durante una protesta de simpatizantes de Trump en diciembre.

En el momento de su arresto, la policía encontró en su mochila dos cartuchos de balas para rifles de asalto con el logotipo de los Proud Boys.

Fue liberado con la orden de mantenerse alejado de Washington, y más tarde, las autoridades admitieron que su detención se había producido para evitar posibles actos de violencia durante la marcha que Trump había convocado para el 6 de enero de 2021 con el lema “Stop the steal” (“Detengan el robo”).

Sin embargo, Tarrio no abandonó la ciudad de inmediato. Un día antes del asalto al Capitolio, se reunió en un aparcamiento subterráneo de Washington con el líder de otra organización ultraderechista, el fundador de los Oath Keepers, Stewart Rhodes.

Además, pasó los días previos al ataque enviando instrucciones a otros miembros de los Proud Boys. A uno de sus lugartenientes le pidió en un mensaje de Telegram: “Sea cual sea el resultado…haz que sea un espectáculo”.

Entre esos soldados, Tarrio era el de mayor rango: en el momento del asalto al Capitolio era el líder de los Proud Boys, un grupo de ultraderecha que promueve la violencia y abraza visiones antisemitas, antimusulmanas y misóginas, y que la organización de derechos civiles Southern Poverty Law Center define como un movimiento de odio.

Tarrio se crio en la Pequeña Habana y durante parte de su vida tuvo varios pequeños negocios en el sector de la seguridad y la vigilancia, según contó él mismo al portal “Ballotpedia” cuando se presentó a las elecciones de 2020.

Ya entonces, en un cuestionario, identificó a Trump como uno de sus ídolos, aunque también mencionó al líder de los derechos civiles Martin Luther King Jr. y al rapero Kanye West, conocido actualmente como Ye.

Tarrio fue director estatal en Florida del grupo “Latinos por Trump” e hizo un intento de presentarse a las primarias del Partido Republicano para un escaño en el Congreso por Florida, aunque finalmente se retiró.

Tarrio fue director estatal en Florida del grupo “Latinos por Trump” e hizo un intento de presentarse a las primarias del Partido Republicano para un escaño en el Congreso por Florida

Ese escaño acabó en manos de María Elvira Salazar, del ala más conservadora del Partido Republicano e hija de padres cubanos exiliados en Miami.

Más de 200 miembros de los Proud Boys irrumpieron en el Capitolio y lo hicieron, según la Fiscalía, bajo las órdenes de Tarrio y sus lugartenientes.

El pasado viernes, el líder de la organización en Seattle, Ethan Nordean, fue condenado a 18 años. A Nordean se le vio encabezando con un megáfono a un grupo de manifestantes poco antes de que comenzara la revuelta.

También el viernes se dictó una condena de 10 años contra Dominic Pezzola, quien rompió con un escudo policial robado la primera ventana por la que los manifestantes entraron al Capitolio.

Y un día antes tuvieron su veredicto Joseph Biggs, lugarteniente de Tarrio, y Zachary Rehl, el ex líder en Filadelfia, contra quienes se dictaron 17 y 15 años de prisión, respectivamente.

Rehl, Biggs, Nordean y Tarrio fueron hallados culpables en mayo de conspirar para cometer sedición. Pezzola se libró de ese cargo, pero se le consideró culpable de asalto, resistencia a un agente de la autoridad y robo de bienes gubernamentales.

Según el Departamento de Justicia, el ataque comenzó a las 10:00 de la mañana, cuando Biggs, Rehl y otros convencieron cientos de personas para ir desde la Elipse, el parque situado al sur de la Casa Blanca, hacia el Capitolio, saltándose múltiples barreras de seguridad.

Ese 6 de enero de 2021 unas 10.000 personas –la mayoría simpatizantes de Trump– marcharon hacia el Capitolio y unas 800 irrumpieron en el edificio. Hubo 5 muertos y cerca de 140 agentes heridos.

Más de 1.000 personas han sido arrestadas y 350 imputadas por asalto u obstaculización del cumplimiento de la ley, según datos del Departamento de Justicia

Desde entonces, más de 1.000 personas han sido arrestadas y 350 imputadas por asalto u obstaculización del cumplimiento de la ley, según datos del Departamento de Justicia. Muchos están prófugos de la Justicia.

En otro proceso judicial, en mayo de 2022 el fundador del también grupo ultraderechista Oath Keepers, Stewart Rhodes, fue condenado a 18 años.

Aunque no directamente por el ataque, el propio Trump está imputado tanto en Washington como en el estado de Georgia por sus intentos para revertir los resultados de las presidenciales de 2020.

El ex mandatario se ha declarado no culpable en esos dos casos y también en los otros dos casos penales abiertos contra él en Nueva York y Miami.

El asalto dejó un saldo de cinco personas muertas, incluido un policía que sufrió un infarto horas después del suceso, y cerca de 140 agentes fueron agredidos. Además, cuatro policías cometieron suicidio con posterioridad.

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