El régimen cubano planea “tomar el control” sobre el mercado cambiario de divisas en el país a partir de enero de 2024, como parte de un grupo de medidas anunciadas este miércoles por el primer ministro Manuel Marrero Cruz durante su intervención en la plenaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
“Tenemos que poner fin a esa práctica de que desde otro país, desde una PC, se ponga la tasa de cambio especulativa que rige en este país. Hay un grupo de trabajo, con protagonismo del Banco Nacional de Cuba, que ha avanzado en propuestas que se analizarán en el transcurso de 2024 para determinar cuál es la tasa de cambio que debe tener el peso cubano”, aseguró Marrero Cruz en declaraciones citadas por la prensa estatal.
El funcionario adelantó que el año que viene el Gobierno modificará la tasa oficial del cambio del peso con respecto al dólar, que desde 2021 se mantiene en 24 pesos por dólar para las personas jurídicas y en 120 CUP para las personas físicas.
En el mercado informal, la moneda estadounidense se vende a 280 pesos cubanos, según la tasa de cambio que publica a diario el medio independiente elTOQUE. El precio ha ido subiendo en la misma semana que el ministro de Economía, Alejandro Gil, dijo que la inflación interanual en el mercado formal de la Isla había cedido.
“La tasa de cambio en Cuba ha sido fija con controles, y solo en el mercado informal se asemeja a un esquema flexible donde la oferta y demanda afectan el valor del peso cubano. La recuperación económica y la reducción del déficit fiscal —y no elTOQUE— son factores clave para controlar la inflación y la depreciación de la tasa de cambio en Cuba”, argumentó el medio independiente en la red social X.
El economista Pedro Monreal apuntó, por su parte, que “la expresión intervención en el mercado informal parece referirse a reprimirlo. Lo del control del tipo de cambio en el país expresa una noción voluntarista que desconoce que la tasa de cambio refleja esencialmente diferenciales objetivos de productividad internacional”.
“La tasa de cambio -como cualquier precio- refleja varios factores, incluyendo especulación. No queda claro cómo desde una PC en otro país se fijaría la tasa de cambio del CUP. Lo que queda claro es que las tasas que salen de las PC oficiales están desconectadas de la realidad”, agregó.
Las autoridades se proponen, además, buscar nuevas vías para la captación de remesas y la búsqueda de canales digitales para las operaciones de cobros y pagos desde el exterior. En ese sentido, el funcionario señaló que para recuperar las remesas se han creado grupos de trabajo específicos.
“Es parte también del plan la utilización de nuevos medios de pago o tarjetas en divisas, a las que se les aplicarán incentivos para la compra de bienes y servicios, y que se podrán recargar desde el exterior o en efectivo, e implementar medidas para que las formas de gestión no estatal realicen sus importaciones con pagos desde Cuba y no desde el exterior”, dijo Marrero.
El Gobierno reconoció esta semana que las principales medidas adoptadas para paliar la crisis habían fracasado. Durante las sesiones en el Parlamento, el ministro de Economía Alejandro Gil Fernández, anunció el fin de la tarea Ordenamiento “por no haber alcanzado su meta” y en su lugar propuso “adicionar nuevos lineamientos asociados al Programa de estabilización macroeconómica” con el que buscarán establecer “un entorno monetario, cambiario, financiero y fiscal para impulsar la recuperación y el crecimiento de la economía, la convertibilidad y funciones de la moneda nacional y la reducción de la inflación”.
“El programa de estabilización macroeconómica se ha presentado como un saco de acciones que rebasan la política macroeconómica, desenfocando el uso de sus tres principales instrumentos y evadiendo el tipo de metas que pudieran utilizarse para la gestión macroeconómica”, cuestionó Monreal.
El economista advirtió que “si el Comité Central del Partido Comunista se tomase en serio la reducción de la inflación, debería indicarle al gobierno al menos dos cosas: no es aceptable un déficit presupuestario mayor a 10% del PIB en 2024 y deben abandonar los estimados fantasiosos de crec. [crecimiento] económico”.
Como parte de la nueva estrategia impulsada por el régimen, las autoridades anunciaron un drástico aumento en los precios de varios de los servicios básicos como la electricidad, el gas, el agua, el transporte público y el combustible. Unido a ello informaron que ejercerán un mayor control sobre las empresas privadas.
“La propuesta de presupuesto para 2024, potencialmente, convierte en papel mojado todo lo dicho hasta ahora acerca de la estabilización macroeconómica en Cuba. Con un déficit estimado en 18,5% del PIB no habría macro- estabilización”, dijo Monreal, e indicó que “ese déficit galáctico indica que reducir la inflación no es una prioridad ministerial. La aprobación en forma de ley por parte de los parlamentarios de ese despropósito burocrático coloca en el parlamento 100% de la responsabilidad por el proceso inflacionista”.
“Es un paquete de austeridad. No se aprecia un plan concreto para “dinamizar” la economía. Hay anuncios generales en diversos ámbitos, pero un alto % de las medidas concretas son alzas de precios/tarifas que afectan el nivel de vida”, cuestionó.
En declaraciones a Martí Noticias, el economista y académico Omar Everleny resumió la crítica situación que vive el país. “La economía cubana está en su peor momento. Nada de lo que se anunció en 2022, cuando dijeron que este iba a ser un mejor año, se ha cumplido”.
En 2023, según las propias autoridades, no se cumplieron ninguna de las metas previstas para sacar al país de la crisis.