El papa, de 88 años, “después de una mañana de fisioterapia respiratoria y oración en la capilla, sufrió una crisis aislada de broncoespasmo”.
MIAMI, Estados Unidos. – El papa Francisco sufrió este viernes un episodio de broncoespasmo que precipitó un deterioro agudo de su función respiratoria. No obstante, la respuesta del pontífice a la intervención médica fue favorable, según confirmó la Santa Sede a través de un comunicado oficial.
De acuerdo con la información proporcionada por El Vaticano, el papa, de 88 años, “después de una mañana de fisioterapia respiratoria y oración en la capilla, sufrió una crisis aislada de broncoespasmo, lo que provocó un episodio de vómitos con inhalación y un empeoramiento súbito de su condición respiratoria”.
Dicho evento clínico obligó a la inmediata intervención del equipo médico, el cual administró ventilación mecánica no invasiva con el objetivo de optimizar el intercambio gaseoso y estabilizar la función pulmonar.
El estado de salud del papa Francisco ha sido motivo de preocupación desde su ingreso en el hospital Gemelli el pasado 14 de febrero, tras ser diagnosticado con bronquitis de origen polimicrobiano, la cual evolucionó hacia una neumonía bilateral. Si bien en días recientes se había reportado una mejoría gradual en su condición clínica, el episodio más reciente evidenció la fragilidad de su estado pulmonar y la necesidad de un monitoreo continuo.
“La implementación de la ventilación mecánica permitió una buena respuesta en cuanto a los intercambios de gases”, explicó la Santa Sede, lo que indica que la oxigenación del organismo del pontífice se mantuvo en parámetros clínicamente aceptables. A pesar de la gravedad del episodio, El Vaticano confirmó que el papa permaneció consciente y en estado de alerta durante toda la intervención.
La evolución de la salud del papa ha obligado a la reestructuración de su agenda inmediata. En este contexto, El Vaticano anunció la cancelación de la audiencia del Año Santo que estaba programada para el sábado, y persisten dudas sobre su participación en la próxima bendición dominical.
El calendario litúrgico presenta desafíos adicionales, pues el próximo miércoles 26 de febrero se celebra el Miércoles de Ceniza, fecha que marca el inicio de la Cuaresma, un periodo que culminará con las ceremonias de la Semana Santa y el Domingo de Pascua, el 20 de abril. La eventual participación del papa en estos eventos dependerá de la evolución de su cuadro clínico y de la valoración de su equipo médico.
En el ámbito de los eventos eclesiásticos de mayor trascendencia, se mantiene la expectativa sobre la canonización de Carlo Acutis, programada para el 27 de abril. Acutis, considerado un referente de la evangelización digital y el primer santo de la generación millennial, falleció en 2006 a los 15 años debido a leucemia. Su canonización ha sido ampliamente anticipada dentro de la comunidad católica, aunque la presencia del papa en la ceremonia sigue siendo incierta debido a su estado de salud.
Mientras El Vaticano mantiene su pronóstico como reservado, se prevé que en los próximos días se emitan nuevos informes sobre la evolución del pontífice.