Los comentarios no cesan en Las Tunas, en el oriente cubano, tras las denuncias de los residentes, quienes describen el pan de la bodega como si tuviese arena. La respuesta oficial solo ha echado más leña al fuego.
En las últimas horas, el periódico local confirmó las inquietudes de la población y reconoció que un lector se personó en su local para reclamar por la calidad de este producto.
Desde la Industria Alimentaria en el territorio respondieron que la harina conque se hizo el pan “está apta para el consumo humano”. Y que se está revisando “sistemáticamente en los laboratorios del molino de Santiago de Cuba”.
De acuerdo a la información ofrecida, este mes de mayo llegó a puerto santiaguero un cargamento de trigo procedente de Rusia, que “presenta un elevado nivel de impurezas”.
La nota refiere que “por las características tecnológicas de la industria cubana resulta difícil eliminarlas totalmente, por lo que queda un porciento en la materia prima por procesar”.
Asimismo, precisa que esta es la causa de que el pan hecho con la harina resultante de este proceso de molienda tenga esa característica. O sea, “que al masticar se sienta una sensación granulosa, arenosa”.
A pesar de las explicaciones, el malestar por el pan arenoso en Las Tunas persiste
La respuesta oficial de las autoridades encendió las redes. “¿Cómo va a estar apta para consumo humano un alimento con impurezas? No se trata de que sea o no perjudicial para la salud. Un alimento debe ser además agradable al paladar, debe tener la textura y sabor adecuado”, escribió el usuario Pérez Edu López.
Annie Peña Toledano, en la misma línea, señaló: “Qué vergüenza de respuesta. Pero qué nivel de retraso piensan que uno tiene. No hay ser humano que pueda comerse eso”.
“Que esté apta no significa que se pueda comer. Es una falta de respeto que sabiendo que hay familias, que ese es el único pan que se pueden comer y para colmo que no sirva”, manifestó otra persona.
Crisis con el pan en Cuba
El gobierno cubano ha aclarado con anterioridad que las restricciones financieras y logísticas continúan retrasando la llegada del trigo para la producción de la harina que garantiza la elaboración diaria del pan de la canasta familiar normada.
Tal es la situación que muchos territorios del país se quedaron sin pan en los meses anteriores. En otros, solo recibieron los niños, personas vulnerables, o su distribución se limitó a las ciudades cabeceras.
