Familiares de las víctimas lamentaron que estos asesinatos se hayan vuelto comunes en Cuba y expresaron preocupación por la inseguridad que vive la población.
La creciente violencia que golpea a Cuba ha dejado este fin de semana tres nuevas víctimas, afectando a familias en diferentes provincias de la isla.
Walfrido López Rodríguez, un adolescente de tan solo 16 años, fue asesinado el pasado sábado en Bayamo, provincia de Granma. Su abuela, Nidia Rodríguez, confirmó el suceso a Martí Noticias y detalló que su nieto fue apuñalado en cinco ocasiones.
Según la señora, el joven intentaba evitar una pelea cuando fue atacado por un grupo de muchachos, algunos de ellos de apenas 13 y 14 años de edad, que ya fueron arrestados.
La abuela lamentó que actos como este se hayan vuelto comunes en Bayamo y, en general, en toda Cuba. “Aquí en Bayamo a cada rato hay un muerto. Hay mucha violencia aquí y dondequiera en Cuba”, expresó, reflejando preocupación por la situación de inseguridad que vive la población.
Pocas horas después, en la madrugada del domingo, otro joven perdió la vida de manera violenta. Raúl Artíz Suárez del Villar, de 17 años, fue asesinado en la ciudad de Cienfuegos. Un familiar, que prefirió mantenerse en el anonimato, confirmó el hecho y señaló que las autoridades ya han detenido a los sospechosos.
José Ángel Regüeiferos, un espiritista que residía en la calle Fernandina, en el municipio Cerro, en La Habana, murió también asesinado. Según informó una fuente cercana al fallecido a Martí Noticias, Regüeiferos fue apuñalado el pasado fin de semana, y la policía está investigando el caso.
Estos crímenes se enmarcan en una ola de violencia que alarma cada vez más a la ciudadanía cubana, mientras las autoridades intentan minimizar el problema.
En una reflexión sobre el problema, el sacerdote católico Alberto Reyes Pías, desde Camagüey, señaló que la raíz de estos actos violentos se encuentra en una profunda crisis de valores. Según Reyes, la educación en la isla ha dejado de lado la formación moral y ética de las nuevas generaciones.
“Los valores cayeron en terreno de nadie en Cuba; la familia se la dejaron a la escuela, y la escuela se la dejaron a la familia”, declaró en una entrevista con Martí Noticias. Para el religioso, la única constante en la educación de los jóvenes cubanos ha sido la lealtad al sistema, mientras que otros valores fundamentales han quedado relegados.
