SANTA CLARA, Cuba. – Hace unas semanas atrás no cabía un alma más en la callejuela en la que se halla el Buró de Reservaciones de la agencia Islazul, en Santa Clara, donde se comercializan las reservas para las instalaciones pertenecientes a este grupo hotelero. A pocos días de haber iniciado la venta, las capacidades para las casas de veraneo se agotaron en un santiamén por la amplia demanda de opciones más económicas y en moneda nacional, como las excursiones familiares.
En los meses de julio y agosto muchos cubanos intentan aprovechar las ofertas de hoteles de Islazul, que suele vender el alojamiento con el desayuno incluido. En la puerta del establecimiento visitado por CubaNet dos carteles precisan que las únicas dos opciones vacantes por el momento son el Hanabanilla, en Manicaragua, y Elguea, en Corralillo. “Los almuerzos y cenas se pagarán en el hotel, según el consumo del cliente”, también detalla la información.
A la espera de ser atendida, una mujer le aconseja a otra cargar con una “olla multipropósito” para cocinar “algo rápido” en la misma habitación y así no tener que invertir en las comidas, tal y como si viajara a un campismo. “Fui el mes pasado al [hotel] Hanabanilla y la mesa bufé nos salía en 1.500 pesos por cada uno”, especifica. “Lleva mucho pan, salchichas y refresco Zuco; y con eso le matas el hambre a tu tropa”.
Cerca del Parque Vidal, otras agencias estatales proponen opciones veraniegas supuestamente más económicas, pero el hotel de menor precio disponible para el balneario de Varadero supera los 11.000 pesos por persona cada noche, sin sumar el transporte. “No sé de donde la gente saca el dinero, pero es mucho lo que aquí se vende”, comenta con discreción una de las dependientes. “Me imagino que con sus salarios no sea”, enseguida acota.
Durante décadas, los cubanos debieron conformarse con la opción de los campismos populares para vacacionar en familia: no fue hasta el año 2008 que se levantó la prohibición de hospedaje para los nacionales en los resorts todo incluido. Sin embargo, en los últimos tiempos no han faltado críticas de turistas a estas instalaciones debido al estado de los inmuebles, los servicios y la escasez y variedad de alimentos.
En las propias reseñas de Tripadvisor los clientes que han visitado recientemente hoteles todo incluido de Varadero mediante estas excursiones “económicas” cuentan haber tenido “amargas experiencias” por la poca variedad de la mesa bufé, las escasas actividades recreativas y la disponibilidad mínima de cerveza o licores.
En la acera colindante con el Hotel América de Santa Clara un grupo de más de 20 personas espera a ser atendido por el personal del buró de reservas del grupo de turismo Gaviota, que funciona en este establecimiento. Cuatro papeles impresos y dispuestos sobre un mural móvil informan las ofertas para los hoteles todo incluido en Varadero y la cayería norte de Villa Clara y Ciego de Ávila, y especifican que los pagos han de ser exclusivamente por tarjeta magnética.
“Para Varadero no vuelvo a sacar”, comenta a CubaNet Liset Pérez, en la cola para adquirir su reserva que incluye a varios familiares y cuyo monto total supera los 150.000 pesos. “Fuimos al [hotel] Palma Real y aquello parecía un campismo; sentí que me habían estafado el dinero. Hay hoteles que deberían quitarles las estrellas”.
A pesar de los altos precios, la fila para la agencia Gaviota continúa engrosándose con interesados en comprar las reservas con estancia mínima obligatoria de tres noches. El de menor valor es el Hotel Grand Memories, que cuesta más de 12.000 pesos por persona al día, sin incluir el precio del transporte que debe abonarse aparte. En la misma fila, un despistado entiende que el monto expresado en el cartel es el total por el paquete de tres noches y parte indignado tras percatarse del error: “Esto no es para simples mortales”, espeta y se va por donde mismo llegó.
Otra mujer ventila públicamente que el dinero para el “todo incluido” se lo envió su hermano desde Miami para que le diera “un gusto” a la anciana madre de ambos. “Trabaja en un supermercado picando carne y gana más que yo que soy licenciada hace 30 años”, argumenta. “Esta es la primera vez que voy a ir a un hotel de esos y pienso llevarme hasta los vasos que encuentre fuera de lugar”, dice.
La mayoría de los presentes en la cola coinciden en que han recibido ayuda de familiares en el extranjero para poder desembolsar tamaña cantidad de dinero.
Estas agencias de viajes controladas por el Ministerio del Turismo (MINTUR) son las únicas autorizadas a tramitar actividades como diseño y comercialización de paquetes turísticos, informar y asesorar al viajero u ofrecer cualquier promoción de esta índole, según especifica la Gaceta Oficial de la República de Cuba (número 46 del 7 de junio de 2021). Sin embargo, en los últimos dos años han proliferado las figuras de los gestores de viajes privados que suplen en gran parte la necesidad recreativa de las familias que cuentan con menos recursos.
Se trata, fundamentalmente, de guías turísticos que suelen arrendar un medio de transporte y que organizan viajes por su cuenta a lo largo de la Isla cobrando un porcentaje para resarcir el pago al chofer, el combustible invertido y otra cantidad para quien realiza los trámites pertinentes.
En Santa Clara, por ejemplo, funciona un grupo de WhatsApp y Facebook llamado “Rico Turismo” que también promociona recorridos y pasadías un poco más económicos, ideados para las familias que no reciben ayuda del exterior. En tanto, quienes no puedan acceder a lo uno ni a lo otro, tratarán de “activar su modo verano” madrugando en las colas para intentar acceder a las dos o tres piscinas públicas disponibles en la ciudad.
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