El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) ha publicado sus observaciones finales sobre el noveno informe periódico de Cuba, destacando serias preocupaciones en torno a los derechos y condiciones de las mujeres en el país. A continuación, se presenta un resumen de los puntos clave que exigen atención inmediata por parte del Estado.
Definición insuficiente de discriminación
El Comité señala que la Constitución cubana carece de una definición exhaustiva de “discriminación contra la mujer.” La legislación actual no aborda adecuadamente la discriminación interseccional, un problema que afecta de manera desproporcionada a mujeres rurales, afrodescendientes, con discapacidad y de la comunidad LGBTIQ+. Esta falta de definición precisa limita la protección de estos grupos y dificulta la adopción de políticas específicas que aborden la multiplicidad de formas en las que se manifiesta la discriminación.
Barreras en el acceso a la justicia
Las mujeres rurales y con discapacidad enfrentan numerosos obstáculos para acceder a la justicia. La ausencia de tribunales en zonas remotas, los altos costos de los servicios legales y la escasa disponibilidad de información sobre los recursos disponibles para denunciar abusos y discriminación crean una situación de exclusión para estas mujeres, quienes encuentran casi imposible obtener justicia o apoyo en casos de abuso.
Violencia de género y falta de protección adecuada
La violencia de género es una problemática persistente en Cuba, con altos niveles de feminicidios y agresiones. El país carece de refugios para mujeres víctimas de violencia, y la falta de una ley integral que cubra todas las formas de violencia hace que las víctimas queden sin una protección adecuada. El Comité también destaca la brutalidad policial contra mujeres LGBTIQ+ y afrodescendientes, así como la baja tasa de enjuiciamiento de los casos de violencia, lo que refleja un sistema que no toma en serio la protección de las mujeres.
Participación limitada en la vida pública y política
La subrepresentación de las mujeres en cargos de alto nivel sigue siendo un problema. A pesar de algunos avances, las mujeres, especialmente aquellas en situación de desventaja como las mujeres rurales, afrodescendientes y con discapacidad, encuentran pocos espacios en los que participar activamente en la vida política y pública. Esta exclusión contribuye a la perpetuación de las barreras estructurales que afectan a las mujeres y limita sus posibilidades de incidir en políticas que mejoren sus condiciones.
Restricciones a organizaciones no gubernamentales
Las organizaciones de mujeres enfrentan serias restricciones legales, especialmente debido a la Ley de Asociaciones (Ley 54), que impide la creación de asociaciones independientes y criminaliza la financiación extranjera. Esto limita el desarrollo de asociaciones de mujeres y dificulta que estas organizaciones puedan articular y defender sus derechos en un entorno de mayor libertad.
Amenazas y acoso a defensoras de derechos humanos
Las mujeres defensoras de derechos humanos, incluidas periodistas, trabajadoras de medios, mujeres que protestan por la situación económica y defensoras LGBTIQ+, son objeto de amenazas, violencia, acoso, intimidación, criminalización y detenciones arbitrarias. Esta situación afecta su capacidad para actuar libremente y genera un clima de temor e inseguridad en el que las mujeres se ven desalentadas a luchar por sus derechos.
Discriminación y violencia contra mujeres y niñas afrodescendientes
Las mujeres y niñas afrodescendientes enfrentan una discriminación sistémica e interseccional que se manifiesta en violencia de género, altos índices de pobreza, mayor riesgo de detención y una limitada representación política. Estas condiciones reflejan un trato desigual y menos oportunidades para las mujeres afrodescendientes, quienes a menudo se ven privadas de medios para mejorar sus condiciones de vida y bienestar.
Desigualdad en el acceso a la educación
La educación en Cuba también presenta desigualdades significativas para las niñas. El Comité destaca que la deserción escolar, causada por embarazos tempranos y la falta de acceso a internet, afecta especialmente a niñas de zonas rurales y en situación de pobreza. Esta situación limita su desarrollo personal y profesional, perpetuando un ciclo de vulnerabilidad y desventaja.
Acceso limitado a la salud y anticonceptivos
La escasez de anticonceptivos y medicamentos básicos afecta gravemente la salud de las mujeres en Cuba, particularmente a aquellas en áreas rurales, quienes tienen dificultades para acceder a estos productos. Esta carencia de recursos esenciales limita la autonomía de las mujeres sobre sus propios cuerpos y pone en riesgo su salud y bienestar.
Violación de derechos de mujeres encarceladas
Las mujeres encarceladas por razones políticas son especialmente vulnerables a violaciones de sus derechos. Estas mujeres sufren maltrato, violencia psicológica y restricciones en las visitas familiares, además de enfrentar condiciones de vida inadecuadas en prisión. El Comité también señala que las mujeres transgénero encarceladas enfrentan situaciones de especial vulnerabilidad, ya que no cuentan con espacios que respeten su identidad de género.
Explotación y falta de apoyo a mujeres en situación vulnerable
La ausencia de una ley integral y de refugios para mujeres víctimas de violencia incrementa el riesgo de explotación, particularmente para mujeres afrodescendientes, rurales, con discapacidad y en situación de pobreza. Asimismo, existen escasos esfuerzos para prevenir la explotación de mujeres en áreas turísticas, lo que deja a muchas mujeres sin la protección necesaria para evitar situaciones de abuso.
Estas recomendaciones del Comité reflejan los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil en visibilizar la realidad y las condiciones de vulnerabilidad que enfrentan las mujeres en Cuba, quienes siguen luchando por mejores condiciones y derechos en un contexto de graves restricciones y desigualdades.
