AREQUIPA, Perú – En 1929, Nilo Menéndez Barnet compuso la música para unos versos de Adolfo Utrera que elogiaban la belleza de Conchita, su adorada. Sin sospecharlo, esta creación se convertiría en una canción destacada en el repertorio vocal del siglo XX, siendo uno de los notables aportes de un creador cubano a la música universal.
Aunque Nilo estaba impresionado por la apariencia de la joven, no se sentía inspirado para escribir la letra, por lo que solicitó a su amigo Adolfo, un tenor, que completara la obra.
La pieza titulada Aquellos ojos verdes, compuesta por Nilo Menéndez Barnet y con letras de Adolfo Utrera, se convirtió en una canción ampliamente popular. La primera interpretación en La Habana fue realizada por María Cervantes en 1929, pero fue en Estados Unidos donde alcanzó gran popularidad y se extendió a nivel mundial.
Junto con El manisero de Moisés Simons, la canción se integró en la corriente conocida como “the cuban tinge” en Estados Unidos, influenciando el ambiente sonoro estadounidense y contribuyendo al desarrollo del jazz con la marca cubana.
En 1941, la versión de Jimmy Dorsey y su orquesta interpretada por Helen O’Connell y Bob Eberly se convirtió en un gran éxito, manteniéndose en el top 10 del hit parade nacional de Billboard durante 21 semanas consecutivas, incluyendo cuatro semanas en el primer lugar.
Nilo Menéndez Barnet no solo es reconocido por Aquellos ojos verdes, sino también por otros éxitos como Alma, Perdóname, Tenía que suceder, Besos bajo la luna, Negra soy, Rumba en la noche y la partitura de Tu antifaz para el Ballet de Alicia Alonso.
Además, colaboró con las industrias del cine en México y Estados Unidos. Nat King Cole grabó su versión en español de Aquellos ojos verdes, y se registran más de 50 interpretaciones de la obra entre 1941 y 1990.
Nacido en Matanzas el 26 de septiembre de 1912, Menéndez Barnet residió en Estados Unidos desde 1924 hasta su fallecimiento en 1987.
A pesar de ello, nunca olvidó sus raíces cubanas y expresó el deseo de reposar en su tierra, un anhelo que se cumplió el 11 de diciembre de 1990 cuando sus cenizas fueron depositadas en la necrópolis de Colón en presencia de destacadas figuras como el dúo hermanas Romay y la cantante Esther Borja.
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