El Ministerio de Salud Pública de Cuba negó la liberación al médico Camilo Oliva, quien precisa de una visa humanitaria tras años enfrentando dificultades para realizarse hemodiálisis.
En junio de 2023 el galeno cubano, residente en Camagüey, expresó que necesitaba salir del país para continuar su tratamiento, pues en la isla las condiciones lo dificultan.
“En el mes de Agosto me llega la negativa de liberación como profesional de la salud y sugieren que entregue un resumen de mi enfermedad para dar la liberación tan ansiada como Causa Humanitaria. Después de incontables días de espera nuevamente dieron la negativa”, contó el médico a ADN Cuba.
El galeno considera que el sistema de salud cubano enfrenta tal escasez de médicos que prefieren que “un enfermo terminal que lleva 5 años enfermo dando todo por sus pacientes y decide mejorar se muera sin tratamiento, antes de liberarlo para salir del país”.
Oliva ha declarado antes a nuestro medio que un visado humanitario sería la única solución a su caso porque “la situación de los pacientes de hemodiálisis ha ido empeorando con el paso de los años, debido a la escasez de insumos y a la falta de personal para poder tratarlos en Cuba”.
A inicios de agosto Oliva pidió ayuda para conseguir los insumos médicos necesarios para realizarse hemodiálisis, porque en la isla escasean, pero su situación es precaria y no ve en Cuba una solución a largo plazo para su padecimiento.
“A pesar de haber solicitado una visa humanitaria no ha sido posible obtener la misma, aun con el apoyo de muchos que conocen la situación que presento, pero no cuentan con los medios para poder lograrla. Por lo que solicito que algún abogado residente en USA me ayude a realizar la petición de parole humanitario por enfermedad para acelerar el proceso, ya que cuento con patrocinador”, explicó.
Hace semanas Oliva se lamentó en un post de Facebook de que lleva “casi cinco años viviendo sin riñón y los que me conocen saben que fue cumpliendo misión por ese mismo sistema de salud que continúa dejándome de lado y acortando cada vez más mi calidad y tiempo de vida”.
El médico dijo que ya perdió la posibilidad de un trasplante renal, pues contrajo hepatitis C por falta de higiene. Vive actualmente con su última fístula arteriovenosa sin posibilidad de ningún otro proceder.
También contó que comenzó a realizarse hemodiálisis en noviembre de 2018, al hacer un paro renal después de siete operaciones en el Hospital Hermanos Ameijeiras, de La Habana.
“Al enfermarme comencé las penas comn el sistema de salud por los horarios del tratamiento y el estado grave en que estaba. Al mes cogí una bacteria asesina en sangre y gracias a amigos médicos pude conseguir el tratamiento definitivo y matarla, ya que usé ocho antibióticos”.
Dos meses después, en enero del 2019, le sacaron el único riñón que tenía apto para un trasplante renal que nunca llegó.