Los repartos de Villanueva 2 y Villanueva 3, donde residen cientos de trabajadores del Ministerio del Interior, están a punto de ser engullidos por las montañas de desperdicios
Miguel García, Holguín |
Ni los militares cubanos se salvan de las montañas de basura que se ven por todos lados en la Isla. Los repartos de Villanueva 2 y Villanueva 3, en la ciudad de Holguín, donde residen cientos de trabajadores del Ministerio del Interior está a punto de ser engullido por las montañas de desperdicios que se acumulan a su alrededor. A pesar de que hace pocos días la empresa de Comunales recogió una parte de los desechos, el volumen acumulado es tal que se necesitarían varios días de trabajo e innumerables camiones para limpiarlo del todo.
Bolsas volando con el viento, varias camas de vehículos repletas de residuos y un olor a podrido que inunda el aire era el panorama que la mañana de este lunes se encontraban los vecinos de la barriada cuando salían de sus casas. “No se pueden ni tener abiertas las ventanas porque las moscas se meten en todas partes”, lamentó una residente en la zona, ubicada en la parte trasera del Policlínico Pedro del Toro del Consejo Popular Pueblo Nuevo. “Esto empezó siendo un poquito de basura pero ahora ya ocupa el espacio de varios edificios”.
Los inmuebles cercanos, la mayoría de cinco pisos erigidos por reclusos, son de reciente construcción y en ellos, además de miembros del Ministerio del Interior, viven algunos médicos y holguineros que perdieron totalmente sus casas durante el paso del huracán Ike por la provincia en 2008 y debieron esperar más de diez años hasta la entrega de una nueva vivienda. “Esta es una barriada muy integrada políticamente pero la gente está que echa humo por el abandono en que estamos viviendo”, explicó a 14ymedio la vecina.
“Cuando nos mudamos para aquí se suponía que este era un barrio que iba a tener una atención especial pero todo no ha hecho más que deteriorarse”, reclama la holguinera. A pocos metros del basural, las instalaciones de un organopónico languidecen ante la falta de insumos y la ausencia de personal interesado en trabajar en el huerto debido a la baja remuneración.
En marzo de 2021, un reportaje en la televisión oficial se vanagloriaba del resurgir del sistema de organopónicos en la provincia. El material achacaba la reanimación a los efectos de la Tarea Ordenamiento, que había permitido ofrecer salarios por encima de los 2.000 pesos a los trabajadores y, además, dividir las utilidades resultantes de la venta de productos. En las imágenes difundidas no faltaban las lechugas, rábanos y cebollinos, todos recién cultivados y disponibles para los clientes.
Dos años después, una comitiva encabezada por Ernesto Santiesteban Velázquez, primer secretario del Partido Comunista en Holguín visitó los alrededores de Villa Nueva 3 donde entonces se construía un organopónico que quedaría bautizado con el optimista nombre de “Nuevo Amanecer”. El funcionario inspeccionó las áreas para el cultivo de hortalizas, vegetales y frutas.
Sin embargo este enero, en lugar de los pepinos y las habichuelas prometidas, el producto más común en los terrenos aledaños a Villa Nueva 2 y 3 es la basura. La cosecha de inmundicias es la única que parece ir viento en popa y sobrecumplir los planes en este barrio holguinero.
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