El dibujante y presentador cubano Jorge Oliver falleció este lunes en La Habana a los 75 años. Autor de las historietas del capitán Plin, llevadas en 2009 a la televisión, se hizo conocido por el público cubano con su programa Cuadro a Cuadro, donde proyectaba películas de superhéroes desde la crítica oficialista y reseñaba el panorama mundial del cómic.
Nacido en La Habana el 15 de diciembre de 1947 y graduado en Historia del Arte, Oliver inició su carrera como ilustrador del semanario humorístico Palante. Incondicional del régimen desde su juventud, también dibujó para las Fuerzas Armadas, en cuya revista Verde Olivo publicó sus primeras historietas. En una entrevista se refirió a los militares cubanos como “su gran escuela”.
Fue también uno de los iniciadores de la revista oficialista Pioneros, a cuya redacción se unió en 1970. Durante las décadas siguientes trabajó en otras publicaciones seriadas, como El Caimán Barbudo y Juventud Rebelde, además del suplemento infantil Zunzún, del cual fue director.
Oliver solía asegurar que esta última revista contaba con el visto bueno del propio Fidel Castro, quien tras su presentación ofreció a su director “la cuota de papel necesaria y hasta las llaves de dos autos nuevos”, a pesar de las reticencias de los burócratas que se oponían a la fundación de una publicación para niños.
Oliver solía asegurar que ‘Zunzún’ contaba con el visto bueno de Castro, quien tras su presentación le ofreció “la cuota de papel necesaria y las llaves de dos autos nuevos”
Sobre su personaje más célebre, el capitán Plin, Oliver admitió en más de una ocasión que estaba basado en Castro. Durante una presentación de la compañía infantil La Colmenita a la que asistió el mandatario, el dibujante dijo haberse sentido satisfecho cuando, en una ronda de preguntas y respuestas, los niños dirigidos por Carlos Alberto Cremata le hicieron notar a Castro que el “gato verde” en una “isla asediada por los piratas” era él.
En 1980 empezó a gestionar el canal 6 de Televisión Cubana y fundó la agencia publicitaria de la corporación Cimex, administrada por los militares cubanos. Fue parte del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, en cuyos Estudios de Animación laboró hasta su muerte.
Su programa Cuadro a Cuadro, que tenía como propósito original criticar la producción cinematográfica de las grandes franquicias estadounidenses como Marvel Studios o DC Comics, acabó volviéndose uno de los más populares de Televisión Cubana. La proyección de filmes como Spiderman, Iron Man, Hulk o Batman –a los que Oliver introducía con términos despectivos como “basura imperialista” o “propaganda yanqui”– hizo de Cuadro a Cuadro el espacio televisivo más esperado por los cubanos, que solían burlarse de las críticas de Oliver a un tipo de cine que, evidentemente, admiraba.
Oliver fue crítico con la poca atención que las instituciones educativas de la Isla brindaban al cómic
En sus últimos años, Oliver dirigió el departamento de humor e historietas del Instituto Internacional de Periodismo José Martí y trabajó como ilustrador de varios libros publicados por la casa editorial Abril. El más reciente de ellos, Chamaquili, reúne décimas del poeta cubano Alexis Díaz Pimienta.
Fue crítico con la poca atención que las instituciones educativas de la Isla brindaban al cómic: “Publicamos muy pocas historietas, hemos perdido espacios, publicaciones, que daban espacio a las historietas. No enseñamos técnicas ni historia de la historieta en ningún centro docente, ni en las escuelas de arte”, opinó en una entrevista de 2017. “Hoy ninguna de nuestras instituciones culturales, organizaciones y asociaciones que promueven el arte, la literatura, hasta el periodismo, realizan concursos, exposiciones, talleres sobre la historieta”.
Por su trabajo, las autoridades culturales de la Isla le otorgaron el Premio Nacional de Literatura Infantil La Rosa Blanca en 2006 y 2007.
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