MIAMI, Estados Unidos. – Cuba es un territorio famoso por ser cuna de varios tragos reconocidos en la coctelería internacional. Uno de los más célebres es el mojito, una bebida cuyo origen se remonta a los piratas que navegaban el Caribe.
En el siglo XVI, concretamente en el año 1589, las historias apuntan a que un grupo de piratas ya bebía mojito o una versión de ese trago con el nombre de “El Draque”, en honor al pirata inglés y comerciante de esclavos Francis Drake.
El coctel cubano, elaborado con ron, limón, menta, azúcar y agua con gas, es una bebida refrescante y dulce que se suele servir con hielo en un vaso alto. El nombre de este trago de clase mundial proviene de la españolización de “mojo”, un término inglés que significa mezcla.
El mojito, en sus orígenes, se hacía con tafia, un predecesor primitivo del ron blanco extraído de la caña y con el que se mezclaban los otros ingredientes para disimular su gusto áspero.
La bebida mejoró mucho durante el siglo XIX, con la introducción de alambiques de cobre y el proceso de añejamiento que desembocó en la forma moderna del ron.
La receta del trago cubano recomendada por el prestigioso barman Johan Margol y compartida en el diario español El Mundo, incluye un par de consejos imprescindibles a la hora de prepararlo.
Uno de ellos es no olvidar la hierbabuena o la menta pues, según Margol, es “gran parte del secreto” que le aporta aroma y sabor especial al coctel.
Asimismo, durante la maceración de estos ingredientes es importante no romper las hojas totalmente, de lo contrario el sabor se hace muy fuerte y desagradable al paladar.
El mojito y el daiquirí, otro famoso coctel cubano, fueron popularizados por la frase del escritor estadounidense Ernest Hemingway: “Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquirí en El Floridita”.
