El Producto Interno Bruto (PIB) sufrirá una contracción en el 2024 en Cuba, informó el ministro de Economía Joaquín Alonso Vázquez, en una conferencia de prensa este jueves en La Habana.
El funcionario no ofreció cifras, sin embargo reconoció que sería acertada la previsión del 0.4 % anunciada previamente por la Cepal.
Sí “tiene que haber una afectación al Producto Interno Bruto este año (PIB)”, dijo Alonso durante una conferencia de prensa.
“Hemos tenido un mes de bajos niveles de producción no solo por los eventos climatológicos sino por los energéticos que han afectado todo el país”, explicó.
A mediados de octubre, las autoridades cubanas ordenaron paralizar actividades económicas argumentando que el país atraviesa por una situación de “emergencia energética”.
El economista Pavel Vidal en declaraciones a la agencia de prensa EFE, consideró que la caída sería “muy significativa”, opinó el especialista.
Sobre el tema, expertos desde Cuba dijeron a Martí Noticias que el gobierno cubano no tiene capacidad para sacar al país de la profunda crisis que enfrenta actualmente.
Desde La Habana, la economista Martha Beatriz Roque Cabello, consideró que la caída del PIB por segundo año consecutivo es muy mala noticia.
“Eso indica que vienen tiempos muy malos, más malos que los que tenemos en estos momentos”, analizó.
“Este país está destruido totalmente, está en un colapso total, no hay ni la menor esperanza de que esto tenga una solución”, concluyó Roque Cabello.
El economista y asesor de emprendimiento Ángel Marcelo Rodríguez Pita, señaló que con la estructura económica actual no habrá solución.
El asesor de emprendimiento citó otros problemas que golpean a los cubanos como “la especulación del mercado y la crisis alimentaria profunda que se agudiza, con todas las medidas que está llevando a la práctica el gobierno cubano, frenando el desarrollo del sector privado”.
“Muchos negocios hoy están cerrando, la situación se está agravando y pierden las esperanzas de transformaciones profundas dentro del actual escenario en la isla. Es un colapso estructural”, advirtió.
En la ciudad de Santa Clara, el periodista Guillermo del Sol apuntó que son malas noticias.
“El impacto va a ser terrible, el desabastecimiento es total, no hay palabras para calificar la situación que estamos viviendo, no hay gas licuado, el servicio de ómnibus está prácticamente paralizado, tanto provinciales como municipales, un tomate vale 1.000 pesos, una cebolla vale 1.200 pesos, una cabeza de ajo te puede costar 800 pesos, una devaluación total de la moneda”, alertó el comunicador.
El agricultor Esteban Ajete Abascal considera que los daños provocados en la isla por los recientes huracanes, complicará aún más la disponibilidad de productos del agro para el pueblo.
“La agricultura cubana está colapsada totalmente por la falta de combustible, por la falta de fluido eléctrico, todo es escasez, todo es miseria, todo es desolación, es lo que se está viviendo hoy en los campos cubanos”, destacó el campesino.
En el oriente cubano, Teresa Miranda Céspedes lamentó que no se abran espacios para el crecimiento de sector privado.
“En lugar de darle al pueblo libertad económica, a cada uno que tenga su tierra, que la gente trabaje, que la gente luche, que la gente tenga lo suyo, pero no, ellos tienen que seguir centralizándolo todo a pesar de saber que eso no funciona”, reiteró la activista de la organización opositora Corriente Martiana.
El Índice de Libertad Económica de 2024, que publica The Heritage Foundation, ubica a Cuba en el peor lugar de la región de las Américas. La puntuación de libertad económica del país es inferior a los promedios mundiales y regionales. La economía de Cuba se considera “reprimida” según el Índice de 2024.
El informe señala que “la ineficiente economía estatal de Cuba tiene un desempeño muy pobre, y las puntuaciones de sus componentes están muy por debajo de los promedios mundiales en muchas categorías. La ausencia de un poder judicial independiente y justo debilita el estado de derecho. El sector privado ha estado encadenado durante mucho tiempo a un estricto control estatal. La eficiencia regulatoria sigue siendo deficiente y el emprendimiento privado es limitado. La aplicación de las regulaciones es inconsistente y no transparente. El mercado laboral controlado por el Estado ha dado lugar a un gran sector informal. La estabilidad monetaria es vulnerable a la interferencia estatal y los precios están sujetos a controles”.