Saturday, September 21, 2024
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Mercenarios cubanos en Rusia: el castrismo los cría y Putin los junta

LA HABANA, Cuba. — En medio de todas las calamidades y desastres que sufre la Cuba de hoy, apabullada por las políticas demenciales del estéril socialismo dirigista, un nuevo “culebrón” sacude a la opinión pública nacional. Aunque parezca increíble, después de escuchar durante lustros la frondosa retórica de los cotorrones del régimen, resulta que ahora la Mayor de las Antillas se ha convertido, ¡además!, en campo fértil para el reclutamiento de mercenarios.

La información que hace días detonó el escándalo, provino del influencer que se hace llamar Paparazzi Cubano. Gracias a ese informador se conoció la situación de los jóvenes Alex Vegas Díaz y Andorf Velázquez García.

Ambos cubanitos, con aspecto de adolescentes —casi unos niños—, denunciaron las arbitrariedades y engaños que sufrieron al firmar unos supuestos contratos en ruso, idioma que ellos desconocen. Sicneramente, debo decir que en esa denuncia de los jovencitos hay determinados aspectos que despiertan dudas. Pero, al mismo tiempo (y mucho más importante), de sus palabras surge una certeza irrebatible: en adición de todas las desgracias que sufrimos en Cuba, nuestra Patria se ha convertido en suministradora de “carne de cañón” para la agresión imperial de estos tiempos: la de Rusia contra Ucrania.

Debo decir que la acusación no es novedosa. Durante años —y hasta el día de hoy— los castristas acusan a todo el que discrepa de ser un asalariado “del Imperio”. Según ellos, son (somos) unos vulgares “mercenarios”. En realidad, resulta sorprendente que, incluso a estas alturas, de vez en cuando aparezca algún plumífero o cotorrón al servicio del régimen que todavía se haga eco de esa calumnia. Y digo que esto asombra después de la respuesta lapidaria que diera a esos argumentos el “Coco” Fariñas.

Es el caso que al combativo sicólogo villaclareño, al igual que a todos los demás opositores y disidentes, le colgaron el cartelito mentiroso que quiere ser infamante. A esto, el también fundador del FANTU (Foro Antitotalitario Unido), en un programa con el destacado periodista Juan Manuel Cao, respondió años atrás: “Cuando único me considero mercenario es cuando fui como soldado a la Guerra de Angola, porque estaba fuera de mi país, a favor de una potencia extranjera como la Unión Soviética”.

Esto es cierto; aunque en aquella época los gobiernistas podían alegar que el reclutamiento de los cubanos (y su envío a matar y a morir en guerras ajenas escenificadas en países exóticos) lo realizaban las autoridades de la misma Isla. Ya no es así, y el hecho cierto es que el régimen de La Habana, que se ufana de controlar (por medio de su policía política y sus otros cuerpos represivos) todo lo que sucede en su inmenso latifundio, ha tolerado la actividad análoga desplegada en tierras de la Isla por supuestos ciudadanos particulares extranjeros.

Y conviene destacar que si ahora el castrismo se da por enterado de esa escandalosa situación, no ha sido de manera espontánea, sino sólo en reacción a las denuncias que figuraron en prácticamente todos los medios de la prensa independiente. Una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores, emitida el día 4 del corriente, dice al respecto: “Los enemigos de Cuba promueven informaciones distorsionadas que buscan empañar la imagen del país y presentarlo como cómplice de estas acciones, que rechazamos categóricamente”.

Rechazos aparte, lo cierto es que el régimen castrista parece empeñado en aplicar el refrán “haz lo que yo digo, y no lo que hago”. Viene al caso recordar aquí las palabras pronunciadas en septiembre de 2017 por el señor Pablo Berti Oliva, delegado de Cuba, durante un evento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el cual tiene un título interminable: “Diálogo Interactivo con el Grupo de Trabajo sobre la Utilización de Mercenarios como Medio de Violar los Derechos Humanos y Obstaculizar el Ejercicio del Derecho de los Pueblos a la Libre Determinación”.

Dijo allí el señor Berti: “Cuba reitera su preocupación por las persistentes prácticas de reclutamiento y uso de mercenarios, incluyendo sus nuevas formas y manifestaciones, las cuales constituyen una violación de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”. Y de inmediato agregó: “Llamamos a todos los países a permanecer vigilantes ante el fenómeno del mercenarismo y a tomar todas las medidas necesarias para prevenirlo y combatirlo”. ¡Qué lástima que en La Habana no se hayan dado por aludidos!

Este miércoles 6 se ha agregado un nuevo capítulo al turbio “culebrón”. Diario de Cuba se hace eco de lo declarado al canal América TV por un cubano proveniente de las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba) nombrado Lázaro González. El titular de la información recoge la esencia de lo planteado por la fuente: “Un exoficial de las FAR en la guerra de Rusia contra Ucrania niega la trata con fines de reclutamiento”.

Resulta evidente que este señor trata de dar una versión que no antagonice con el régimen de La Habana; y en tan gran medida que a la pregunta obvia de si una operación de ese tipo podía realizarse “sin el conocimiento y autorización del Gobierno cubano”, respondió tranquilamente: “No sé”. Pero más allá de cuáles sean sus deseos, de sus declaraciones se trasluce que casi un centenar de cubanos (“no más de 90”, dice él) integran una compañía del Ejército Ruso, la cual encabeza el propio Lázaro.

También afirma que los jovencitos Andorf y Alex “mienten” cuando denuncian los supuestos malos tratos y atropellos que han sufrido. Asegura que, en Ucrania, los cubanos sólo están en la cuarta línea (ya que, según su dicho, no figuran en la primera, la segunda ni la tercera). Y reconoce que todos esos antillanos “reciben un salario de unos 2.000 dólares”. ¡Si eso no es ser un mercenario…!

Volviendo a la Declaración del MINREX cubano, creo que sería magnífico que, en adición a las parrafadas literarias que contiene (“Cuba tiene una firme y clara posición histórica en contra del mercenarismo”), adoptase posturas menos retóricas y más concretas. Por ejemplo: que señale por su nombre al país extranjero involucrado en los reclutamientos y que anuncie qué individuos concretos (si es que alguno) han sido arrestados como resultado de la investigación (con lo cual se podrá saber qué hay de cierto en lo de que “se han iniciado procesos penales sobre personas involucradas en estas actividades”).

También podría invitar al Grupo de Trabajo de título larguísimo a que visite Cuba, teniendo en cuenta que, según un material publicado por la misma ONU, entre los objetivos de ese órgano está el de realizar “visitas a los países a fin de examinar la repercusión de las actividades de los mercenarios, sus agentes o las empresas militares y de seguridad privadas sobre el disfrute de los derechos humanos en cada país”.

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no necesariamente representan la opinión de CubaNet.

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