AREQUIPA, Perú.- El año 1991 en Cuba estuvo marcado por una profunda crisis provocada por la caída de la Unión Soviética y el fin de sus prebendas hacia el país, pero también fue conocido por su relevancia deportiva y la realización de los XI Juegos Panamericanos en la Isla.
El gran evento deportivo se inauguró el 2 de agosto de 1991 en la otrora Ciudad de La Habana, como se llamaba la capital cubana antes de la última división político-administrativa. El acontecimiento tuvo como subsede a Santiago de Cuba y se extendió hasta el 18 de ese mismo mes.
Como parte de las actividades de anfitrión, Cuba acogió a cerca de 4.519 deportistas de los 39 países afiliados entonces a la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), en un programa de 33 deportes, entre ellos el debutante boliche.
La elección de la Ciudad de La Habana como sede sucedió luego de que la capital perdiera esa oportunidad contra Indianápolis en 1987. El territorio ya había tenido antecedentes de acoger competencias deportivas regionales antes del triunfo de la revolución castrista. Tal fue el caso de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 1930 y 1982, además de varios campeonatos de béisbol.
Para el éxito de la oncena edición, a las construcciones deportivas ya existentes en la ciudad se sumaron otras que se construyeron específicamente para el evento. También se edificó la famosa Villa Panamericana ubicada en Cojímar para acoger a los concursantes y el equipo que los acompañaba.
Durante las jornadas competitivas trascendió el atletismo, baloncesto, balonmano, béisbol, boliche, canoa-kayak, ciclismo, clavados, equitación, esgrima, fútbol, gimnasia, jockey sobre césped, judo, levantamiento de pesas, lucha, natación, nado sincronizado, patinaje, polo acuático, remo, sóftbol, taekwondo, tenis de campo y mesa, tiro, tiro con arco, vela, voleibol y la pelota vasca como exhibición.
En medio del asombro general, la mayor de las Antillas superó a Estados Unidos con una impresionante cantidad de preseas de oro, 140, a las que se adicionaron 62 de plata y 63 de bronce, mientras los vecinos del norte se quedaban con 10 títulos menos. Entre las hazañas colectivas de los cubanos destacó la arrolladora demostración de sus boxeadores, quienes conquistaron 11 de los 12 títulos puestos en disputa.
De hecho, los XI Juegos Panamericanos pasaron a la posteridad como la más brillante actuación de Cuba en este tipo de lides, y la segunda vez en la historia de estos juegos en que la poderosa escuadra de Estados Unidos cedió el primer puesto del medallero general por países.
Entre los países más destacados después de Cuba y Estados Unidos, resaltó también Canadá con 22 medallas de oro, Brasil con 21, México con 14 y Argentina con 11.
Si bien la cita estuvo precedida por el escepticismo de algunos tras anunciarse a la Isla como país anfitrión, el evento contó con el respaldo personal del mexicano Mario Vázquez Raña, presidente de la ODEPA, quien señaló en la jornada de clausura que esos eran los mejores Juegos de la historia.
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