El médico cubano Camilo Oliva, residente en la provincia de Camagüey, se ve obligado a tramitar un visado humanitario luego de años luchando con las dificultades para realizarse hemodiálisis.
En declaraciones a ADN Cuba, el galeno dijo que “esta es la única solución porque la situación de los pacientes de hemodiálisis ha ido empeorando con el paso de los años, debido a la escasez de insumos y a la falta de personal para poder tratarlos en Cuba”.
A inicios de agosto Oliva pidió ayuda para conseguir los insumos médicos necesarios para realizarse hemodiálisis, porque en la isla escasean, pero su situación es precaria y no ve en Cuba una solución a largo plazo para su padecimiento.
Declaró que una amiga en Estados Unidos está dispuesta a reclamarlo por un parole, pero necesita asesoría de abogados para que se apruebe el caso con mayor rapidez.
“A pesar de haber solicitado una visa humanitaria no ha sido posible obtener la misma, aun con el apoyo de muchos que conocen la situación que presento, pero no cuentan con los medios para poder lograrla. Por lo que solicito que algún abogado residente en USA me ayude a realizar la petición de parole humanitario por enfermedad para acelerar el proceso, ya que cuento con patrocinador”, explicó.
Hace semanas Oliva se lamentó en un post de Facebook de que lleva “casi cinco años viviendo sin riñón y los que me conocen saben que fue cumpliendo misión por ese mismo sistema de salud que continúa dejándome de lado y acortando cada vez más mi calidad y tiempo de vida”.
El médico dijo que ya perdió la posibilidad de un trasplante renal, pues contrajo hepatitis C por falta de higiene. Vive actualmente con su última fístula arteriovenosa sin posibilidad de ningún otro proceder.
También contó que comenzó a realizarse hemodiálisis en noviembre de 2018, al hacer un paro renal después de siete operaciones en el Hospital Hermanos Ameijeiras, de La Habana.
“Al enfermarme comencé las penas comn el sistema de salud por los horarios del tratamiento y el estado grave en que estaba. Al mes cogí una bacteria asesina en sangre y gracias a amigos médicos pude conseguir el tratamiento definitivo y matarla, ya que usé ocho antibióticos”.
Dos meses después, en enero del 2019, le sacaron el único riñón que tenía apto para un trasplante renal que nunca llegó.
Oliva insistió en las irregularidades en el tratamiento a pacientes como él: un enfermero para atender a entre cuatro y seis personas, cuando lo establecido es que sea solo para dos; se usa la misma jeringuilla en toda la hemodiálisis cuando su envase dice “desechable”; el esparadrapo lo debe llevar el paciente.
Con cada vez mayor frecuencia los cubanos acuden a las redes sociales solicitando ayuda para adquirir medicamentos e insumos que escasean en la isla. En los casos más graves, cuando sus tratamientos se agotaron en el país, solicitan visas humanitarias.