SLP, México.- Daysi Rodríguez Alfonso, una cubana de 41 años que participó en las manifestaciones populares del 11 de julio de 2021 en el municipio habanero de Arroyo Naranjo, habló sobre su paso por las cárceles cubanas, donde fue recluida padeciendo cáncer de cuello uterino, Hepatitis C y VIH.
Rodríguez, madre de dos hijos, de 19 y 22 años, respectivamente, fue apresada bajo el delito de “sedición” y condenada a ocho años de privación de libertad, una pena que cumplía en la prisión Panamá para pacientes de VIH/SIDA ubicada en Mayabeque, hasta que fue exarcelada en días pasados.
En su testimonio, ofrecido a CubaNet, la prisionera política contó que el impacto de la sanción fue grande, pues inicialmente le pedían 20 años de cárcel. Luego de que su tía buscara un abogado, la condena se redujo a ocho años.
“Fue muy, muy fea la experiencia. Fui llevada para el Combinado para operarme de cáncer”, contó.
Su salud tendió a empeorar. La herida de la operación se infectó, comenzaron a brotar manchas negras en sus piernas y su presión bajó.
No obstante, las autoridades carcelarias nunca rebajaron su condena ni la liberaron hasta la semana pasada, cuando el régimen anunció la excarcelación de 553 prisioneros luego de un pacto mediado por la Iglesia Católica.
“Me presentaron dos veces a la licencia extrapenal. No me la dieron porque no me llevaban a los especialistas. Cuando me soltaron no me dieron un resumen médico”, dijo.
La poca atención y medicamentos que obtenía los conseguía su tía, quien pudo garantizarle algunas inyecciones que necesitaba.
Ahora, tras su liberación, debe buscar nuevos médicos e iniciar de nuevo el proceso.
Pese a que su enfermedad se agrava y debe volver a ser sometida a cirugía, los represores la excarcelaron bajo la amenaza de que no podía hablar con la prensa y laborar.
“Me dijeron que me iban a sacar pero tenía que comportarme. Que si hacía algo iba a volver nuevamente a la prisión”, manifestó, y añadió que le advirtieron que debía buscar trabajo.
“Fue con la condición que me soltaron. Es una cosa ilógica. Yo estoy enferma, no estoy bien y es ilógico que tenga que trabajar. No sé conmigo qué harán pero yo no puedo trabajar”, alegó.
En su excarcelación, en la calle, no se siente completamente libre: “Aun así estamos presos también”.
Rodríguez condenó que todavía haya presos políticos encarcelados por ejercer su derecho a la libre expresión.
Sus planes, en lo adelante, incluyen atender su salud, por lo cual pidió ayuda. “No tengo la posibilidad de comprarme medicamentos”, argumentó. Tampoco cuenta con medios de transporte para trasladarse a los hospitales.
Tras anunciar la liberación de 553 reclusos, el pasado miércoles el régimen cubano comenzó a excarcelar a varios presos políticos a lo largo de la Isla, una medida que responde, supuestamente, a un acuerdo con El Vaticano para celebrar el Jubileo Ordinario de 2025.
En su nota oficial, la Cancillería cubana evitó referirse a las negociaciones con Estados Unidos, aunque la medida de excarcelación fue anunciada pocas horas después de conocerse que Washington sacaría a la Isla de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y suspendería el Título III de la Ley Helms-Burton.
Maricela Sosa Ravelo, una de las vicepresidentas del Tribunal Supremo Popular de Cuba, aseguró en la revista Buenos días, del Canal Caribe, que no se trataba de una amnistía ni un indulto, medidas que conllevarían la extinción total de la sanción y que las personas beneficiadas no queden sujetas a ningún control.
“En este caso son beneficios de excarcelación anticipada”, aseguró la funcionaria. También precisó que se incluyen personas que, por sus condiciones de salud o edad, recibirán “licencia extrapenal”. Varios presos políticos también han sido enviados a sus casas bajo “libertad condicional”, un beneficio que entraña restricciones de movilidad y otras.